El costarricense Andrey Amador fue uno de los 46 ciclistas que culminaron el Mundial de Ciclismo de ruta de la UCI.
La carrera en Yorkshire, Inglaterra, se inició con 197 corredores, pero tan solo el 23% lograron cruzar la meta.
La prueba estuvo marcada por la lluvia y llena de imprevistos, se inició más tarde y recortaron kilómetros.
El trayecto fue de 261 km, en lugar de los 280 previstos, esto por las duras condiciones climáticas.
Entre los retirados hubo nombres favoritos al título. Fue el caso por ejemplo de los belgas Philippe Gilbert, campeón del mundo en 2012 y quien se cayó a la entrada al circuito, y Remco Evenepoel, otro de los jóvenes llamados a dominar el pelotón en los próximos años. Ambos se retiraron cuando aún quedaban más de 100 km para la meta.
El español Alejandro Valverde, de 39 años y compañero de Amador en el Movistar, también se retiró a falta de unos 80 km y no pudo repetir el título logrado el año pasado en Innsbrück, Austria.
“Ha sido un día de locos”, declaró el ciclista de Movistar al referirse al clima. “Estaba totalmente congelado y le he dicho a mis compañeros que no podía seguir”.
Andrey, por el contrario, resistió para ubicarse en la posición 39, con un tiempo de 6 horas, 37 minutos y 55 segundos.
Previo a tomar la salida, Amador catalogó el Mundial “como extraño y peligroso", debido a la incesante lluvia.
El desenlace de la carrera también fue sorpresivo. El maillot arcoíris que distingue al campeón del mundo de ciclismo en ruta lo vestirá durante el próximo año el joven danés Mads Pedersen.
Pedersen superó en la meta a sus dos compañeros de escapada, el italiano Matteo Trentin, plata, y al suizo Stefan Kung, bronce.
La victoria de Pedersen se decidió a poco más de 30 km para la meta, cuando se formó un quinteto de fugados que se disputarían la victoria.
Con los tres medallistas viajaban el también italiano Gianni Moscon y el fenómeno holandés Mathieu van der Poel, que en esos momentos era el gran favorito para la victoria.
Sin embargo, a menos de 13 kilómetros para la llegada, Mathieu se quedó sin fuerzas y dejó escapar a sus compañeros de fuga.
Moscon también fue víctima del esfuerzo pocos kilómetros después y las medallas se las repartieron los tres supervivientes.
Pedersen da el primer oro a su país en esta prueba tras un crono de 6 horas, 27 minutos y 28 segundos.
“Todo el mundo estaba al límite”, explicó Pedersen tras superar sorprendentemente a Trentin, un especialista, en el esprint. “Después de seis horas y media encima de la bici todo puede ocurrir. ¡Es increíble!”.