Andrey Amador concedió una extensa entrevista a France24.com y en esa charla con el periodista colombiano Juan Pupiales, que duró 12 minutos con 43 segundos, el pedalista del Ineos se refirió a varios temas, pero por primera vez habló sin tapujos sobre un problema que afronta el ciclismo costarricense y que a él lo inquieta bastante.
En la última Vuelta a Costa Rica, cuatro ruteros arrojaron un resultado analítico adverso y la situación no es nueva, porque actualmente hay varios ciclistas en el país que descuentan una sanción por dopaje.
Según la Unión Ciclista Internacional (UCI), en este momento están castigados quince ciclistas: Juan Carlos Rojas, Leandro Varela, Jean Carlo Padilla, César Rojas, Jason Huertas, Gabriel Marín, Anthony Ortega, Jonathan Segura, José Alexis Rodríguez, Jordy Sandoval, Kevin Murillo, Vladimir Fernández, Melvin Garita, Josué González y Steven Villalobos.
Además, están suspendidos provisionalmente por la UCI Román Villalobos y por la Comisión Nacional Antidopaje de Costa Rica Roberto Argüello, Orlando Quesada, Fabricio Quirós y Amil Munich.
“¿Qué es lo que pasa en el ciclismo de Costa Rica?”, esa fue una consulta directa para Amador en la entrevista.
“Esto a veces nos lo preguntamos todos, es una lástima, no es un año, ha sido año tras año, siempre hay muchísimos casos. Somos un país pequeño y ver la cantidad de casos que hay es alarmante y lo extraño es que se ha hecho consciencia. Por ejemplo, el año pasado, antes de la Vuelta a Costa Rica se hizo una charla de la Unión Ciclista Internacional (UCI) para intentar eso, de concientizar, que más allá de un beneficio deportivo, que pueda favorecer entre comillas o perjudicar a un deportista, está el tema de la salud”, respondió Andrey.
A Amador lo sorprende ver que el problema persiste.
“Luego se lleva uno la sorpresa de esa de que vuelvan a salir positivos y la lástima, a veces yo no sé qué será, si será por los ciclistas, o si es que hay alguien, entrenadores, o no sé, porque sería ignorante o hablaría sin saber, pero yo creo que la Federación y la UCI tienen que meterse muy a fondo y hacer lo que nos hacen a nosotros, controles durante todo el año”, apuntó.
Según Amador, los controles no solo deben efectuarse en competición, tal y como sucede a nivel profesional.
“Eso a la gente la tendría más controlada, o por lo menos lo pensarían más en hacer alguna estupidez y me atrevo a decir que es uno de los deportes en el mundo que probablemente vaya muchísimo más controlado, por lo menos con el tema del dopaje. Los que nos hacen a nosotros no se los hacen a ningún deporte y es bueno. Al final, la gente no lo sabe y yo creo que la prensa tampoco lo divulga, que a los ciclistas nos hacen miles de controles al año”.
Preparación. Amador también habló de su situación actual, pues está preparándose para la temporada que se reanudará en agosto, debido a la pandemia.
“En el caso de nosotros fue un poco más adelantado, con el confinamiento absoluto, no se podía salir de la casa y al final teníamos que mover las piernas, que es el trabajo de nosotros, en bicicleta estacionaria por una, dos o tres horas”, relató.
Desde hace unas tres semanas puede entrenar en la calle y afirma que está contento por eso, porque se está preparando.
Amador aún no suelta prenda de cuál vuelta grande correrá, a pesar de que su compañero ecuatoriano Richard Carapaz dijo que el tico irá al Tour de Francia.
“Yo creo que no es seguro, todos saben, soy nuevo en el equipo, tengo que ganarme la confianza, yo creo que después de todo lo que pasó, lo de las carreras, unas se cancelaron, otras las colocaron en los tres meses de competición y a mí realmente me da un poco igual la carrera que sea. Soy optimista de que podamos competir, con eso me alegro, independientemente de si voy al Tour, al Giro o a la Vuelta o a la carrera que sea”, citó.
Adaptación. Para el costarricense, este 2020 ha sido totalmente atípico, recordando que comenzó la temporada varado, pues no estaba claro si debía continuar en Movistar Team o si podría marcharse finalmente al Ineos.
“Ha sido un año en lo deportivo súper complicado, difícil. Todos los equipos empiezan en diciembre con la concentración y la primera toma de contacto, pero en el caso mío no tenía claro lo del cambio, estaba en esas dudas, en ese problema. Luego se aclaró todo y empecé en el Tour de Emiratos Árabes, todo iba bien y estaba contento por debutar”, recordó.
El nuevo coronavirus ya había causado estragos en China y empezaba a propagarse por el resto del mundo.
“Fue una sorpresa, en la madrugada nos levantaron y llegó el médico, que siempre hay en los equipos y nos dijo que parece que hay sospechas de que hay gente contagiada con covid-19 y eso era una revolución, porque la gente no estaba tan empapada; ahora ya sabemos un poco más. En aquel momento parecía que quien daba positivo lo dábamos por perdido y estuvimos tres días encerrados”.
Añadió que cuando les hicieron la prueba los sacaron al pasillo del hotel, todos juntos, en aglomeración.
“Era un poco eso, la ignorancia, luego nos dieron la libertad a unos equipos, otros no. Supe de equipos que estuvieron dos semanas más, fue muy complicado y fue el inicio de todo esto que ciclísticamente nos ha tenido complicados y a nivel mundial en todo sentido muchísimo más”.
El cambio. Sobre el paso de Movistar a Ineos, Amador dijo que necesitaba el cambio.
“Movistar decía que yo tenía un acuerdo con ellos y bueno, al final fue un poco el tiempo que estuvimos que sí o que si no, llevaba mucho tiempo ahí. Siempre me he entregado al 100%, creo que he sido noble y eso es importante. Posiblemente diez u once años en otro trabajo no sean muchos, pero deportivamente es casi una carrera en otro lugar y uno necesita nuevas motivaciones, conocer gente nueva, aprender un idioma y que ya tengo 33 años y todos sabemos la duración de un ciclista”, acotó.
Por eso él pensaba que era el momento para ese nuevo aire, un cambio que tiempo atrás había rechazado, pero que si el destino le presentó de nuevo la oportunidad, debía tomarla.
“Lo decidí y ahora estoy muy contento con haber hecho ese cambio. Tengo amigos que dejé en Movistar y los que son amigos seguirán siendo amigos y al que le haya dolido la verdad que bueno, una lástima, pero a veces hay que ver por nuestros intereses y el beneficio personal, que yo creo que durante once años me he dejado todo por el equipo”.
Desde que se marchó a Europa en busca de dar el salto al profesionalismo, Amador se había propuesto aprender inglés, pero pasaban los años y no lo conseguía. Ahora, la necesidad, lo obligó a eso.
“Siempre había sido como un sueño frustrado mío, en Costa Rica hay varia gente que habla inglés, los de la costa por supervivencia, los de los colegios privados que les dan todas las materias en inglés, luego los que estábamos en los colegios públicos las clases eran reducidas, muy poco tiempo y uno no se lo tomaba con seriedad. Muchos no hablamos inglés por ese motivo creo yo, tenía esa frustración y ha sido un reto personal”.
Cuenta que Ineos ‘no lo dejó morir’, sino que tuvo un detalle y es que le asignó un profesor de inglés.
“A las 6 p. m. tengo clases de una horita, el equipo nos da el profesor para aprender el idioma, la verdad que se agradece y yo creo que es un reto muy bonito de poder lograr y en este caso, la pena de no ponerlo en práctica, porque llevamos medio año, que es el 75% de la temporada de ciclismo y no he podido estar con los compañeros e intentar pulirme con el idioma”, finalizó.