Cinco mariscales iniciarán su carrera en la NFL como mariscales titulares. Un hito en la liga donde la costumbre era que los brazos talentosos aprendieran, con paciencia, de las grandes leyendas.
Aaron Rodgers pasó mucho tiempo a la sombra de Brett Favre antes de tomar las riendas de Green Bay. Así también iniciaron otros grandes jugadores.
Pero hay una nueva moda en la NFL, donde el talento en la posición de quarterback se ha multiplicado en la misma medida en la que se ha reducido la paciencia de las organizaciones.
El talentoso Andrew Luck fue la elección número uno del draft y será el titular indiscutible desde el arranque con los Potros de Indianápolis, un equipo que ya sabe lo que es hacer debutar a un jugador con futuro de leyenda. La misma historia pasó con Payton Manning cuando arribó a la liga.
Robert Griffin III, segunda elección del draft y un imán para la publicidad, tampoco pasará un minuto en la banca y tomará desde el fin de semana las riendas de los Pieles Rojas de Washington.
Lo mismo ocurrirá con Brandon Weeden en los Cafés de Cleveland, Ryan Tannehill en los Delfines de Miami y Russell Wilson en los Seahawks de Seattle, todos jóvenes novatos que tendrán desde el inicio de sus carreras la pesada carga de una franquicia de la NFL sobre sus hombros.
En adición, otros cinco mariscales serán titulares en apenas su segundo año profesional.
Son muestras de una liga que se ha vuelto poco paciente e idólatra como nunca a los quarterback.