Una sola mácula tiene la trayectoria de unos Spurs que, entre los controles de Gregg Popovich y el dominio de Tim Duncan, ya marcaron era en el inicio del siglo. Se trata de una cosa milimétrica, un triple milagroso, una bola que Chris Bosh recuperó y Ray Allen lanzó para quitarles de las manos su quinto título de la NBA.
No hay equipo que haya estado tan cerca del cetro para que luego se le escapara. Eran 21 segundos lo que faltaba para alzar los brazos; pero el Heat empató, el sexto partido se fue al tiempo extra y el sétimo fue un formalismo, el acto de coronación de Miami.
21 segundos, un pensamiento que puede volver y volver a la mente hasta volver insano a cualquiera. Sobre todo a un equipo completamente ajeno al fracaso, como este conjunto del Coach Pop, que nunca había fallado en sus cuatro finales anteriores. A la fecha nunca han estado abajo en una serie de finales de la NBA.
Pero si algo abunda en los Spurs, además del talento, es la madurez. Y así enfrentaron la nueva campaña, con la frente en alto y la venganza en mente.
“Es increíble estar de nuevo en la final después de una derrota que tanto nos costó digerir. Aquello nos dejó un mal sabor. Tenemos sed de venganza”, aclaró esta semana Duncan.
Mejor y más preparado. Es casi imposible creer que Popovich podría haber planificado una temporada mejor que la del año pasado, pero el militar lo hizo.
Recordemos que este equipo ha ganado, al menos, 50 partidos en las últimas 15 campañas, así que realmente cuesta encontrar en qué se puede mejorar.
Los Spurs superaron su récord de la campaña pasada por cuatro victorias. Parece poco, pero eso les dio el mejor rendimiento de la temporada regular y el privilegio de que si el emparejamiento vuelve a estar igual de reñido, el sétimo partido será en casa. ¿Qué habría pasado en el 2013 si el partido definitivo hubiera sido en San Antonio? Es una pregunta que Duncan y sus compañeros no quieren repetir jamás.
Este equipo anotó más (105,4 por juego) y tiró mejor (40,6%) que el año pasado (103 y 39,1%) en la temporada regular. También mejoraron en los play-off : 106,6 puntos por juego en lo que va de esta postemporada, comparado a 100,3 en el 2013, y 40,2% de efectividad ante un 28%.