Rónald González habló con sinceridad sobre la última campaña al mando del Comunicaciones de Guatemala. El timonel fue claro en que los tres costarricenses que llevó para reforzar al club: Diego Estrada, Néstor Monge y Erick Scott, no cumplieron las expectativas deportivas, pese a su esfuerzo en los entrenamientos.
El estratega continuará al mando de los cremas, pero es consciente que la presión por alcanzar el título es cada vez mayor por lo que espera en el 2018 conseguir la meta.
—¿Cómo digiere la temporada?
Fue una temporada mala para nosotros, la verdad es que no se cumplieron los objetivos, no pudimos clasificar. Efectivamente tuvimos inconvenientes durante la marcha que pensamos que podíamos corregir, al final de la última jornada esto no nos alcanzó y cuando este equipo no cumple los objetivos, pues es un fracaso. Vivimos una temporada para el olvido, con muchas cosas deportivas por corregir.
—Personalmente, ¿cuánto lo golpea la temporada?
A veces se gana y otras se pierde, yo en lo personal me siento mal porque no clasificamos, pero tampoco es el fin. No todos siempre ganamos, así como en un momento gané, en otras me ha tocado no clasificar. Ahora no queda más que replantear cosas, hacer un análisis. Por dicha en el club valoraron todo el trabajo más allá de los resultados, aunque yo soy consciente que eso importa poco. En un equipo como Comunicaciones el único resultado es ganar el campeonato.
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—¿Qué situaciones vivieron que al final pasan factura para no lograr la clasificación?
Primero deportivamente tuvimos inconvenientes con los juegos de visita, jugar fuera de casa acá es muy difícil. Los partidos de visitante nos costaron mucho, solo conseguimos ocho de 33 puntos posibles, es un porcentaje muy bajo. Además aquejamos muchas lesiones, perdimos futbolistas importantes por algunas fechas... Al final no contamos con los refuerzos como lo teníamos programado, deportivamente a Erick Scott le costó, igual a Néstor Monge y a Diego Estrada. Al final terminamos con los jugadores del torneo anterior, entonces creemos que no alcanzar el mejor momento deportivo de cada futbolista pues nos cuesta caro.
—¿Los ticos le fallaron?
No me fallaron a mí, digo no lo tomo de forma personal. Siento que fallamos todos como institución. Los muchachos son grandes personas, simplemente la situación deportiva no se les dio. Ellos se entregaron e intentaron marcar diferencia, pero no alcanzó. Muchas veces en el fútbol uno tiene expectativas, crea un modelo basado en eso, pero al final no se ve lo que uno quiere.
—¿Le extraña que Erick Scott no rindiera? Él se fue de acá luego de hacer 30 goles combinando los dos últimos torneos que jugó con Limón y allá solo hizo cuatro.
Es una pregunta para Erick. Yo lo que puedo decir es que lo intentó, pero acá no tuvo la fortuna ni la constancia para anotar como lo hacía. Él entrenó bien, pero en los partidos no le salieron las cosas y punto.
"La similitud entre un fútbol y otro solo los jugadores pueden decirle si les afecta. Al final el rendimiento y lo que se ve es una responsabilidad compartida tanto de técnico y jugadores; mía porque no los aprovecho en el máximo rendimiento y de ellos porque las cosas no les salieron".
—¿Por qué se declaran transferibles los tres ticos: Monge, Scott y Estrada? ¿Se les cumplió el ciclo?
La decisión fue tomada de una vez porque no se cumplieron objetivos, como sucede en la mayoría de países. Creemos que la solución es cambiar jugadores desde el punto de vista de rendimiento deportiva, es una decisión meramente deportiva. Ellos tenían un contrato con cláusula de rescisión, en el caso de Erick y Néstor hubo conciencia general que las cosas no salieron, no sé en el caso de Diego.
Scott no es un muchacho joven que podamos seguir viendo, Néstor tampoco, ambos ya tienen una edad madura.
—¿Qué sucedió con Diego Estrada porque como que se ha ido perdiendo desde Egipto 2009?
Deportivamente es un muchacho con gran talento, pero en este semestre no tuvo esa constancia que le hemos conocido. Él entró en una situación personal, un problema que lo afectó mucho en su mentalidad, desgraciadamente no cumplió la expectativa. Deportivamente es uno de los jugadores más talentosos que yo he dirigido, pero no me le puedo meter en la cabeza, uno intenta ayudarle, orientarle, pero cuando hay situaciones personales hay poco que hacer. Este semestre creo que nos afectó no contar con el aporte de Diego.
—¿Cómo analizar que Diego pintaba para ser un jugadorazo y ya es un futbolista maduro y nada?
Pues yo pienso que todavía Diego dependerá de como este mentalmente él puede aspirar a algo más, pero si la cabeza no está bien y está atormentado es difícil. Capacidad futbolística tiene muchísima, pero las situaciones personales es difícil.
Él podría estar a tiempo de continuar, si logra pensar solamente en jugar en fútbol.
—¿Cuánta tranquilidad le da el voto de confianza de la directiva de Comunicaciones?
Sí da, pero también es una responsabilidad, pero nosotros no estamos en equipo para hacer procesos. Por ejemplo, cuando nosotros en Saprissa ganamos el campeonato tuvimos que apostar a hacer algo que no hicimos hasta ese tercer torneo que fue traer jugadores de experiencia para que consolidaran a los jóvenes. Recuerde que vino Carlos Saucedo, Michael Umaña, Adolfo Machado, al final no fue el equipo con el que yo inicié.
Aquí hemos ganado en cosas muy buenas que no se ven en el resultado, hemos hecho cosas que tal vez la gente no nota, porque si en Comunicaciones usted no llega a la final pues fracasó y y ya.
—¿Cuáles son esas cosas?
Es un trabajo que la gente no ve. Desde que llegamos les damos todas las condiciones, les estamos dando un modelo de entrenamiento y juego diferente, con metodología.
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—¿Se ha profesionalizado más?
Exactamente, ahora hay análisis de video. Ahora hay trabajos más tácticos- estratégicos. Este equipo no es el Comunicaciones que yo dejé en 2012, ya tuvo un cambio generacional, pero todo esto que yo le digo no lo puse como excusa acá porque eso no sirve. Aquí yo soy consciente que no cumplió el objetivo y bueno sé que lo importante es el resultado.
—¿Se siente presionado para el torneo que viene?
Siempre tengo presión, porque así es la vida del técnico. Estoy dirigiendo un equipo grande en Guatemala y un equipo grande no tiene la posibilidad de fracasar tanto, este equipo ya trae cuatro o cinco torneos en los mismo, somos conscientes de eso, pero si el dueño y la directiva confió en dejarme es porque creen que lo podemos revertir.
—¿Cómo está el fútbol guatemalteco? Por toda la crisis que vive.
Acá es un país donde yo me siento bien, aquí me he ganado un respeto. Como país futbolístico tiene problemas, hay una crisis de dirigencia, eso ha impedido que el fútbol siga creciendo y ha estado estancado porque no participa en nada, es una liga con falta de proyección.
"Es curioso, porque acá hay muy buenos extranjeros, eso se da por el poderío económico. Además de que es un país interesante para sobresalir y dar el salto a otro lugar, por ejemplo acá vienen mexicanos a jugar y luego pasan a la liga de allá".
—Al ser una liga estancada, ¿frena su crecimiento?
Uno puedo crecer deportivamente, en experiencia o económicamente. La oportunidad económica de Guatemala no se compara a la de Costa Rica, si allá no tengo trabajo pues acá me va mejor. Esta es una oportunidad para no crecer tanto en lo deportivo, pero si da un buen impulso en lo económico.
—¿La liga se ha visto afectada?
Yo diría que es una liga dura, porque condiciones que se dan como clima, arbitraje, entre otras. Es una liga más física, menos técnica, entonces se convierte en un campeonato más difícil.
Así lo ven en Guatemala, por Eddy Recinos periodista del diario Prensa Libre.
Su proceso empezó bien. Las primeras tres jornadas sacó buenos resultados y parecía que tenía buen paso, pero en la cuarta y quinta se dieron los resultados que le costaron un poco la clasificación. Un factor importante es que su once fue variable. No mantuvo un equipo base, afectado por lesiones y suspensiones.
El cierre de Comunicaciones fue de 9 victorias, 7 empates y 6 derrotas, con 28 goles a favor y 20 en contra. Se ha cuestionado la participación especialmente de los extranjeros. Monge y Scott, además de Diego Estrada que no tuvieron una regularidad en el torneo.
Manfred Russell terminó como el más goleador del equipo con 9 goles, fue el mejor de los extranjeros que tuvo en el plantel. Monge terminó con 858 minutos en 14 apariciones. Scott con 1.026 minutos en 17 juegos. Diego Estrada acumuló 640 minutos en 14 apariciones.
Al final la afición le cargó la culpa a los jugadores extranjeros porque no consiguieron el pase a la fase de acceso a semifinales. Casi 11 años tenían los blancos de clasificar a las rondas finales y en esta ocasión no lo lograron.