Sin Keylor bajo el portal, al Madrid le faltarían dos orejonas en su vitrina y si a alguien le germina la duda que saque una tarde de sábado y repase los videos de esas Champions.
No es una reflexión calenturienta por este presente de suplencias recurrentes, sino la verdad que perfila ese mosaico de tapadas antológicas que ayudaron a engordar la gloria merengue.
El efímero Lopetegui, primero, y el “Indiecito”, ahora, relegaron a Navas porque Florentino quiere a Courtois en el arco, aunque se coma goles que al tico no le harían ni atado de pies.
A medida que la Liga española gana millaje, Thibaut no es un paradigma de nada, pues igual duda en las alturas, sufre con las pelotas que queman zacate y pierde más mano a mano de los que gana.
Su prioridad sobre Keylor es el resultado de una componenda para tener contento al gran jefe, que carece de bases futbolísticas y tiene mucho de “hagamos feliz al patrón”.
Lo que resulta difícil de digerir es que la suma de méritos acuñada en varias temporadas y ratificada con copas y títulos ahora no pese y se descarte a Navas como se tira una camisa pasada de moda.
Pelearle a la adversidad fraguó el carácter ganador de Keylor, alimentó su fe y forjó su personalidad ganadora, por lo que no cabe esperar menos en este pasaje de incertidumbre inmerecida.
Ahora que el Madrid formalizó a Solari como su entrenador hasta el 2021 la suerte de Navas parece echada, porque el argentino no se animará a desobedecer al amo que lo encumbró al puesto.
Esa deuda del “Indiecito” con Florentino es como un juramento con vigencia a largo plazo, que reduciría al tico a apariciones ocasionales que erosionarían su imagen y depreciarían su valor en el mercado del Primer Mundo.
Si el pulso por la titularidad fuera justo y en igualdad de condiciones Keylor podría quedarse y recuperar el puesto, pero como privan razones de otra naturaleza, quizá lo mejor sería hacer las maletas.
En su estado actual y condiciones, con casi 32 años –los cumplirá este 15 de diciembre- Navas posee los galones necesarios para defender el portal de un grande de Europa y forjar glorias nuevas.
En Italia, Inglaterra o la Bundesliga, el tico podría inaugurar un álbum para agrandar su leyenda, conquistar nuevos trofeos y reafirmarse en otra liga como el arquerazo que es.
Sería un merecido colofón para un hombre que se amparó a un sueño y se las ingenió para trazar la ruta directa que conduce a la inmortalidad. ¡Que así sea!