Daniela Cruz ha vivido meses de ensueño, con cambios y muchas alegrías. El inicio fue obtener el título del 2018 con el Saprissa y la victoria en el Apertura 2019 usando la banda de capitana, luego fue fichada por el Espanyol de Barcelona y, como corona, anotó el gol que significó la medalla de bronce en Juegos Panamericanos para Costa Rica.
Sin embargo, antes de los 12 años eso solamente era una ilusión.
En su niñez no asistió a una escuela de fútbol, pues todas las que había cerca de su casa en Tibás eran para hombres. Al inicio de su adolescencia ingresó a una filial femenina del Saprissa en barrio El Socorro, donde despegó el sueño que hoy vive.
“Mi familia no es tan futbolera, yo empecé jugando con hombres en el barrio y en la escuela. Mi mamá no me metía en ningún equipo porque todos eran de hombres, hasta que encontramos ese y mis papás sí me dejaron”, comentó Cruz.
Luego de patear el balón con sus compañeros de escuela y vecinos, Cruz pasó a jugar en Primera División, disputar mundiales y firmar contratos fuera del país.
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“Éramos sub-17 y clasificamos al primer mundial femenino y fue algo increíble; es un recuerdo que vale oro, como cuando clasificamos al mundial mayor. Luego, en Estados Unidos cuando mi equipo quedó campeón; son recuerdos que no puedo comparar, pero lo marcan a uno como deportista”, recordó la jugadora.
Luego de jugar en equipos de Estados Unidos y Serbia, ahora se une al Espanyol de Barcelona. Todo esto forma parte de lo que le ha regalado su máxima pasión.
“El fútbol me ha dado vida, en todo sentido; me dio amigas de siempre, es como tener varias familias, la Selección es una y Saprissa otra, me ha dado estudio y trabajo, entonces me ha dado la vida”, indicó la jugadora.
El Saprissa ha sido el club de sus amores, el que le abrió las puertas para desarrollarse como futbolista y para aprovechar sus estudios en Ciencia del Ejercicio y licencias como entrenadora, ya que entrenó ligas menores de las tibaseñas.
“Fue una experiencia lindísima, bastante gratificante, hay muchísimo trabajo por hacer en ligas menores y espero seguir preparándome para seguir por esos rumbos”, indicó la defensa de 28 años.
Emociones y logros. A las puertas de una nueva aventura internacional, la defensa costarricense ha vivido muchas emociones, logros que el país celebró por alto.
El último gran triunfo de Cruz fue el viernes 9 de agosto cuando anotó el gol de la victoria Tricolor luego de casi ocho años de no hacerlo, para lograr el tercer lugar de los Juegos Panamericanos.
“Lo que se ha vivido estos últimos meses ha sido algo lindísimo, pero uno es un miembro más del equipo, uno siempre trabaja para rendir y dar lo mejor, pero es una satisfacción muy grande, al esfuerzo que uno pone todos los días, es la felicidad que no se puede explicar”, finalizó Cruz.
Entre viernes y sábado viajará a España para integrarse a su nuevo equipo, siendo capitana de oro y seleccionada de bronce.