Chile vivió recientemente una crisis social, que llevó hasta el toque de queda en gran parte de su territorio, algo desconocido y desconcertante para el legionario costarricense Fabrizio Ramírez.
El tico juega en el O’Higgins de la primera división de ese país, por lo que experimentó por primera vez un impedimento del gobierno para salir de su casa después de una hora determinada. Las personas que incumplían el toque de queda eran detenidos.
La crisis en Chile, sin precedentes desde el retorno a la democracia, ha dejado 20 muertos —cinco a manos de fuerzas del Estado—, más de 1.000 heridos, denuncias de tortura y abusos.
El mandatario Sebastián Piñera anunció una nueva agenda social con un paquete de 15 medidas referidas a mejorar el ingreso mínimo, las pensiones, salud, educación y la reducción de las dietas parlamentarias y de los altos sueldos de la administración pública, iniciativas que no lograron contener el estallido social.
“Cuando llegué era un país muy tranquilo, muy ordenado. Fue de un día para otro el estallido de la situación y sí fue un poco impactante para uno que no está acostumbrado a vivir esas cosas”, comentó el volante costarricense.
Ramírez explicó que la situación lo tomó por sorpresa, ya que desconocía los problemas sociales del país y tuvo que recurrir a compañeros del equipo para entender los reclamos de la sociedad hacia el gobierno.
“Uno como extranjero se queda asustado porque no sabía lo que estaba pasando. Sí me impactó mucho como se dio todo, las manifestaciones que se empezaron a hacer y se dio el toque de queda. Eso lo pone a uno un poco nervioso”, reconoció el tico.
Para Ramírez el toque de queda realmente se convirtió en algo positivo, pues con tanta manifestaciones, disturbios y saqueos que vivió el país en el último mes, él no quería salir de su hogar en Rancagua.
Rancagua es una región de Chile que está a una hora de Santiago, la capital, donde se vivieron las principales manifestaciones contra el gobierno de Sebastián Piñeira.
“Hubo unos días que era a las 10 de la noche, otros que era a las 8 p. m., inclusive más temprano. Mis compañeros me dijeron que no saliera de la casa. Con todo lo que se estaba dando uno no quería salir mucho. Había que quedarse en la casa”, analizó Ramírez.
Estos problemas sociales ocasionaron que los servicios básicos presentaran problemas a lo largo del país sudamericano.
“La gente que viaja en bus o en tren tuvieron sus problemas. Los supermercados cerraban antes. La gente entró un poco en pánico, se llenaban los súper, las gasolineras, por prevención. Acá tengo todo cerca y no tuve tanto problema. En el país hubo saqueos de algunos establecimientos y el tema de la violencia”, explicó Ramírez.
En la parte deportiva, el fútbol de Chile se ha visto afectado directamente, pues desde el 13 de octubre está detenido el campeonato, en el que O’Higgins marcha en la octava posición con 34 unidades en 24 jornadas.
Ramírez ha tenido participación en 20 de los 24 juegos de su equipo, acumula 1.097 minutos y ha marcado un gol en la temporada chilena.
“Esto ha sido una incertidumbre desde que se dio el toque de queda en octubre. Se han suspendido cuatro fechas, tenemos cuatro semanas sin jugar, estamos entrenando con normalidad, pero el campeonato está suspendido. No se sabe nada, se siguen escuchando comentarios de que no se va a poder jugar”, finalizó.