Las crudas escenas de Bangladés que destrozan a Daniel Colindres e impulsan su campaña por niñez

El atacante y su esposa contaron cómo idearon la campaña #ForBanglaKids para tender una mano a los pequeños de ese país. Admiten que han llorado al ver por lo que pasan los menores

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Daniel Colindres y su esposa María Fernanda Madrigal llegaron a Bangladés por el fútbol; sin embargo, su misión en tierras asiáticas cambió radicalmente cuando descubrieron la realidad a la que se enfrentan. Una serie de experiencias los destrozó anímicamente y los motivó a buscar soluciones, pese a que son conscientes que no pueden lidiar con todo los problemas que ven.

Conocer el término “niño callejero” fue un golpe directo al sentimiento, una patada al corazón sin derecho de respuesta. El hogar compuesto por Madrigal y Colindres no escondió que ha llorado y se ha quedado sin habla por lo visto; no obstante, más allá de cuestionar o buscar explicaciones ante lo crudo del panorama, se propusieron hallar una solución; por eso idearon la campaña #ForBanglaKids.

“Experiencias son muchísimas, la mayoría fuertes y tristes. En Bangladés hay muchísima gente, la población es más que Rusia, hay mucha conglomeración de personas en espacios pequeños y es muy común que entre familias se unan y se formen más familias, entonces hay mucha gente con discapacidades".

"Hay discapacidades diferentes muy fuertes, porque cuando en Costa Rica nos dicen esto, uno piensa en personas con problemas para ver, tal vez alguna problemática para movilizarse, pero acá no vemos eso, sino son personas con deformidades en el cuerpo y eso es muy fuerte. Vemos personas que solo tienen tronco, personas con la cara quemada, niños con más cantidad de dedos, brazos más cortos... son cosas muy fuertes que impactan y te llegan”, contó Madrigal.

La esposa del tico asegura que, con respecto a la niñez, hay que tragar fuerte y afrontar de frente lo que pasa. De hecho, fue un encuentro con un pequeño el que provocó que conversara con Colindres y decidieran impulsar la campaña social.

Ella conoció a los “niños callejeros”.

“Con los niños, se sabe que en Costa Rica hay pobreza, pero es que acá es muy fuerte. Desde que Daniel comenzó a jugar me acostumbré a traer galletas y ese tipo de cosas al estadio para regalarle a algunos pequeños. Un día se me acercó uno al que le pregunté cómo estaba. No me respondió, le di las galletas y cuando las abrió me las escupió; en ese momento me enojé porque bien se las pude dar a otro; en el siguiente partido me volvió a pedir, pero no sabía si darle porque podía pasar lo mismo, entonces llegó un chico más grande que hablaba inglés y me preguntó por qué no se las daba. Le dije lo que había sucedido y me explicó que en Bangladés hay muchos perros callejeros, así hay niños callejeros también”.

“Me contó que ese niño no tenía ni mamá, ni papá y que se había criado en la acera por el estadio, por lo que estaba acostumbrado a comer de la basura; ahí entendí que al desconocer el sabor dulce no le gustó. Luego me contó que si quería ayudarlo, lo mejor era darle dinero para que comprara algún tipo de comida bangladesí. Ese día me fui con el corazón destrozado. Era un niño menor de cuatro años. En ese momento yo sentí que Dios dijo: aquí tienen que hacer algo”, explicó.

Colindres también ha debido aprender a no quebrarse cuando a la salida, los pequeños se le acercan rogando a sus pies por ayuda. El camino hasta el vehículo para volver a casa se vuelve eterno y duro.

“Daniel se quiebra y hay mucho dolor y no sabemos qué hacer. Hemos sido bendecidos acá, pero la realidad del país es otra y lo sabemos. Nosotros estamos de paso y queremos ayudar y ver cómo hacemos para aportar algo”, profundizó María Fernanda.

Al ya ver con sus propios ojos y palpar con sus sentimientos el dolor, el mundialista de Rusia 2018 y María Fernanda se mentalizaron en colaborar para sacar a pequeños de esa dura vida.

“La campaña es pública porque la población necesitada en Bangladés es muy grande, Sabemos que no podemos cambiar la problemática, pero sí podemos hacer una diferencia entonces por eso la hacemos pública. La necesidad que hemos visto acá es muy grande y sabemos que en Costa Rica hay mucha pobreza también, pero hoy estamos acá y acá sentimos el llamado de hacerlo. Queremos impactar a estos 120 chicos (los beneficiados con la campaña) porque su realidad es muy diferente. Nosotros pudimos ser niños y esto es lo menos que podemos hacer por lo bendecidos que hemos sido”, recalcó.

El programa #ForBanglaKids consta de cuatro etapas realizables y una que consideran un sueño, pero no descartan lograrla.

De momento, recolectan dinero para la fase uno, que consiste en crear un acercamiento con los pequeños.

Madrigal y Colindres dieron a conocer que ellos han notado que los niños necesitan sentirse amados.

“La primera va con la salud emocional de los chicos, cuando yo me acerco a los chicos a darles galletas les doy un abrazo y ahí ellos se sienten incómodos, a la mujer no se le da beso y si yo se los doy a ellos, no les gusta, por eso queremos arrancar con la compra de regalos para compartir con ellos, que sientan la felicidad de una celebración porque nadie les celebra su cumpleaños, no se les da nada, entonces el dar regalos y darles un abrazo es ir trabajando esa etapa”, recalcó la nacional.

Después de acercarse a los niños de un centro que ambos eligieron, pasarán a la fase dos en la que quieren mejorar la infraestructura del lugar en el que reciben lecciones. La tercera etapa consiste en brindar materiales para educación y la última es la alimentación.

Por último, el matrimonio no descarta lograr darle al centro educativo un terreno para que se desarrolle adecuadamente, empero saben que es un sueño difícil de cumplir, aunque no imposible.

“Daniel sueña con comprar el lugar para ellos, pero acá un apartamento puede costar más caro que en Nueva York, pero bueno, confiamos en Dios y esta campaña será tan grande como Dios y Costa Rica quiera”, mencionó la costarricense.

Por su parte, Colindres añadió que está profundamente agradecido con los costarricenses por el apoyo brindado en el inicio de la recolección.

“Solo tengo palabras de agradecimiento por esos granos de arena, la satisfacción en esas donaciones nos ha motivado a seguir adelante. Queremos hacer una actividad que sientan cariño, después viene el cierre del torneo y estaremos por Costa Rica, miraremos el recuento de dinero y ver qué es lo más urgente en el tema estructural de la escuela y después vamos a hacer un informe detallado de lo que hemos logrado y lo que queremos alcanzar”, dijo.

La familia ve la oportunidad de ayudar como una oración contestada y aseguran que el propósito de estar en Bangladés tiene un sentido profundo y ahora va mucho más allá de la faceta deportiva. Las crudezas del país y el “niño callejero” los pusieron a trabajar duro por cambiar el futuro de la niñez bangladesí.