Erick Lonis, mítico arquero de la década de los 90 del Saprissa y mundialista con la Selección Nacional en 2002, no esconde que el desgaste de cartílago es de las lesiones más rudas que puede afrontar un futbolista.
Lonis habla con propiedad sobre lo que le sucede a Álvaro Saborío, debido a que él sufre la misma dolencia, en la pierna izquierda, desde 1999 y así será por el resto de su vida.
Para corregir el problema y no desistir del sueño de ir a Corea y Japón 2002, el exsaprissista apostó en aquel momento por un implante de cartílago de otra parte de su cuerpo, no obstante solo funcionó como un tratamiento para aminorar los dolores por un tiempo.
Pese a que Erick fue al Mundial de 2002, él acepta que tener esa molestia provocó dolores insoportables y hasta afectó el movimiento de su rodilla.
“Mi lesión se agravó en 1999 en un entrenamiento con la Selección, salí y me hicieron una resonancia magnética, tenía lesión importante en cartílago y ligamento cruzado roto. Después de esto para mí era imposible entrenar con un nivel de impacto alto, por eso hacía trabajos diferenciados. Aun así terminaba con un dolor muy fuerte, además de que se pierde cierta movilidad”, manifestó.
El excuidapalos contó que siempre pensó en jugar hasta los 40 años de edad, empero a los 38 años entendió que su rodilla ya había cumplido.
La cita del orbe de 2002 terminó en junio y en abril de 2003, el exportero anunció que su carrera como deportista se acababa.
“Tenía planeado jugar hasta los 40 años, pero una lesión de rodilla a ese nivel como lo que me había pasado a mí era difícil de manejar. Tras de eso, en ese momento Saprissa decidió poner cancha sintética y era imposible que yo pudiera jugar así. Es que hay que entender que hasta el cerebro queda predispuesto a usar la rodilla, sin ser pesimista es muy complicado llevar esa lesión”, profundizó.
El exdeportista detalló que en la actualidad no se puede descuidar la zona afectada, ya que por recomendación médica es necesaria tenerla reforzada y así evitar lastimarse la rótula, el fémur y la tibia.
“Hay que tener claro que no se puede dejar la zona sin trabajar, porque de lo contrario es más complicado todo, ya que se pierde masa muscular y eso provoca que el choque entre huesos, al no existir cartílago, sea mucho más fuerte”, declaró.
Erick en la actualidad practica otros deportes de forma aficionada como el triatlón, pero es gracias a que cuando llegó el momento meditó bien su decisión .
“Álvaro es un atleta muy profesional, no le veo ningún problema que tenga vida normal después del fútbol, pero sí hay que pensar muy bien cuando la rodilla dice no más”, concluyó.
Saborío analiza retirarse a final de año por la lesión.