Wálter Centeno salva a Saprissa de un golpe letal 

El técnico morado consiguió levantar a su equipo después de un primer tiempo para el olvido en el que los morados terminaron perdiendo 2 a 0. Al final, los tibaseños empataron 2 a 2 con el Impact Montreal y todo se definirá en Canadá

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Wálter Centeno con su puño en el césped gritó gol, luego corrió a quitarse la suéter y se volvió a celebrar hacia la gradería. Sus compañeros de cuerpo técnico lo abrazaron y él solo exigió más, pidió a sus pupilos que volvieran a su posición y que jugaran rápido para buscar la victoria. Así celebró el Paté, el 2 a 2 final entre Saprissa y el Impact Montreal.

Centeno fue el saprissista que vivió con mayor intensidad el cotejo entre morados y canadienses por los octavos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf. El estratega no se estuvo quieto durante los 90 minutos, se desesperó, se tranquilizó, volvió a enloquecer y terminó extasiado.

El estratega denotaba deseos de ponerse los tacos y entrar a resolver él, empero su posición se lo impedía por lo que tuvo que limitarse a lo que sus funciones le permitían. Así que empezó a jugar ajedrez con las piezas y consiguió despertar a un equipo que en la primera parte le entró dormido, al punto que le regaló 45 minutos a su contrincante para que los castigara por partida doble.

La S vivió una noche de emociones encontradas, primero entregó por completo la etapa inicial. Un error de David Guzmán en salida le permitió al Montreal castigar con solo once minutos de juego.

El volante contención, encomendado de Wálter Centeno para darle salida a sus pupilos, tomó el balón en su área, intentó hacer un cambio de juego a su derecha y el balón fue cortado por Rommel Quito, hondureño que recuperó y sirvió a Bojan Krkic; el español disparó, Aubrey David bloqueó, pero el rebote fue de Orji Okwonkwo, nigeriano que transformó en gol.

Guzmán llevó sus manos a la cabeza, Centeno con cara de pocos amigos prefirió darle la espalda al terreno de juego y Thierry Henry, estratega de lujo rival, solamente aplaudió.

El técnico galo demostró que había estudiado al Saprissa y propuso un equipo para contragolpear y con eso incomodó y ganó el primer tiempo.

El segundo tanto fue una recuperación en zona medular: con tres pases el Impact se puso en territorio morado y un riflazo de Quioto le partió el marco a Aarón Cruz en dos para el 2 a 0 momentáneo.

El resultado impactó un Ricardo Saprissa que vivió su primer partido sin La Ultra desde hace mucho tiempo, provocó silbidos y caras de preocupación.

Lo mejor que le pudo pasar al cuadro morado fue que se acabara la inicial. En el inicio del segundo tiempo, los tibaseños entraron a morir en el campo. Con 60 segundos en el campo Christian Bolaños rozó el descuento.

La segunda parte fue solamente de Saprissa, por fin se notaron las combinaciones por las bandas, despertaron Johan Venegas, Mariano Torres y Christian Bolaños y el equipo empezó a carburar. La sensación de una noche mágica empezó a sentirse en la Cueva.

El Monstruo insistía, empero no encontraba efectividad frente al marco. Centeno notó que el vértigo en el último cuarto de cancha era necesario y no dudó en mover sus hombres del banco: entraron Michael Barrantes, Ariel Rodríguez y Jonathan Martínez.

En el 79′, fue Johan Venegas el que disparó de cabeza un gran centro de Angulo para comenzar a soñar con que era posible remontar. Paté terminó con siete hombres de corte ofensivo, abalanzado en ataque.

El cierre fue de hormonas, pero también de fútbol. Angulo filtró entre dos hombres un servicio para Martínez, el creativo hizo el pase de la muerte y Ariel Rodríguez la empujó en el 90. La locura invadió a Centeno, quien celebró que sus cambios salvaron la noche.

Sobre la hora, el club tico apretó más y pudo ganar, también pudo perder por una contra que no aprovechó Bojan. Al final la afición saprissista aplaudió a los suyos y Wálter Centeno terminó vitoreado porque él fue el artífice de que los golpes del Impact solo causen daños menores y no sean letales.

Saprissa queda obligado a anotar en Canadá, porque los dos goles de visitante lo tienen eliminado; no obstante, la sensación con la que se terminan los primeros 90 minutos es que si no se regala un tiempo la gesta se puede realizar.