Wálter Centeno es el entrenador del Saprissa, también un exjugador histórico del conjunto morado y la Selección Nacional, sin embargo es una persona, no simplemente un elemento más del espectáculo. El estratega fue el invitado de esta semana del programa de La Nación, #LoQueNoSeSabe, en el que dejó ver destellos de su personalidad.
El Paté no escondió que es tímido, también explicó que el manejo de figura pública no es algo que le agrade al 100%, sin embargo, entiende que es parte de su responsabilidad como profesional del fútbol.
Wálter es feliz con su forma de ser, de hecho acepta que en la intimidad es mucho más frágil como persona.
“He llorado varias veces, pero nadie me ha visto. No ha sido el llorar porque cómo le diría... se me ha muerto alguien o así, han sido cosas que me han pasado, entonces es como un desahogo de tantas cosas que me he tragado. Sí he decaído en la intimidad', afirmó.
"Todas mis cosas he tratado que sean ocultas, me gusta mantenerme oculto de todo", agregó.
Pero, ¿por qué Centeno es así?
"Tal vez es un mecanismo de defensa mío, soy una persona que se dedica mucho tiempo a mí mismo y debo estar aislado, solo, para pensar", describió.
El actual campeón nacional reveló que con sus gestos y expresiones corporales en muchas ocasiones dice más que con las palabras.
El exjugador es consciente que en ocasiones esto no sienta bien en muchas personas, aunque él no le hace daño a nadie.
"Soy muy expresivo, gesticulo mucho. La vida me ha enseñado que a veces hay personas que me tienen miedo por la forma que me desenvuelvo, cuando algo no me gusta no sé disimular, eso me ha hecho tener anticuerpos, pero es parte de mi personalidad. Yo no le hago daño a nadie", mencionó.
El exmundialista de Corea y Japón 2002 y Alemania 2006 dio a conocer su admiración y amor por sus padres, don Benigno Centeno y doña Lidiette Corea
"Ellos son muy auténticos, naturales, son personas que no fingen nada ni aparentan nada. Tengo un patrimonio, un patrimonio enorme con ellos", recalcó.
Wálter recordó que en su niñez ellos se pulieron para darle todo. El Paté no tiene quejas de su infancia, una época que asegura disfrutó a más no poder en la zona de Palmar Sur, específicamente en Finca Uno.
Hace poco, el exmediocampista visitó la zona sur y estuvo en su pueblo, donde la nostalgia lo invadió.
“No quería ir, fue mi esposa la que me convenció de ir, no quería ir porque yo sabía que no era igual, pero tenía que ir”, resumió.
El exmundialista de Alemania 2006 declaró el cambio que ha tenido su vida desde que conoció a Dios. También cuando se acaba el fútbol profesional y Wálter decide reconstruir su vida con el matrimonio con su esposa Janessa Salas.
“Antes era una persona, ahora soy otra. Cuando yo acepto a Dios cambia la vida, descansas, quitas las cargas, porque las cargas las llevaba yo antes, antes era mucho afán, mucha cosa. Cuando doy ese cambio, todo cambia, no tengo afán y se apartaron de mí esas cosas. Cuando hay una adversidad le digo a Dios: ‘solucione’”, agregó.
“A partir de que yo dejé el fútbol y tuve un divorcio, a partir de ahí todo cambia, entonces hay que empezar a caminar por otro rumbo. Me toca empezar una vida diferente y no cometer errores, ahora mi vida cambió, agregamos a Dios y desde Él es que se da todo”, añadió.
Sobre el principal reto de su vida, el ahora DT definió:
"Yo diría que toda mi vida ha sido muy difícil, nunca nadie me ha regalado nada y la adversidad ha estado... No sé por qué... Siempre le dicen: 'No a Wálter', cuando fui jugador fue lo mismo. Entre más hago me bajan un escalón y debo subir, ahora como técnico también, entonces es como destino. Todos los momentos son difíciles pero los he ido pasando, esa es mi esencia y nadie me regala nada", concluyó.
Un momento emotivo de la entrevista fue cuando personas de su familia, la Centeno Corea, lo saludaron.
“Yo sé de dónde vengo, sé muy claro, sé cuáles son mis raíces y ellos lo saben. Somos una familia que nos llevamos bien, no nos reunimos los domingos por otras circunstancias, pero nos llevamos bien”, finalizó.