Después de que Alajuelense se convirtió en el primer equipo de América en contar con gramillas híbridas con la misma tecnología que emplean clubes europeos como Real Madrid, Athletic Club, Ajax y Tottenham, en México decidieron apostar por este césped 90% natural y 10% sintético que le da más resistencia a los campos de juego.
Pachuca fue el primer equipo extranjero en contratar al costarricense Enio Cubillo, director de la empresa Turf Managers Specialist (TMS), para que instalara una gramilla híbrida en su centro de alto rendimiento, algo que luego hizo el América.
Mientras Cubillo asistía a una convención anual de encargados de campos deportivos en Dallas, con el objetivo de empaparse de las nuevas tecnologías y tendencias, surgió un gran desafío para su compañía.
“Comenzamos a hablar y las reuniones fueron mucho más constantes, a tal punto de que hoy estamos haciendo la construcción del campo detrás del recinto, para luego, a finales de junio o principios de julio hacer el traslado de lo que es la finca que se está cultivando, para lo que es el cambio de la gramilla del Estadio Azteca”, contó Cubillo.
El arquitecto recordó que cuando empezó a trabajar con este tipo de gramillas, una de las metas que se había planteado era estar a cargo del césped de un estadio mundialista.
“Es una gran responsabilidad, un gran reto también, porque están apostando por nosotros, por los trabajos que venimos haciendo, por lo que hemos incursionado acá en América en el tema de los campos deportivos y se siente satisfacción, pero a la vez es un reto muy grande que viene iniciando y que culminamos ahora en julio y que ojalá para el próximo torneo de la liga mexicana se vea lo que es nuestro trabajo”.
Aunque la ciencia para construir las gramillas híbridas ha sido la misma en el Morera Soto, en el Centro de Alto Rendimiento de Alajuelense en Turrúcares, en Pachuca y el América, el Azteca implica más trabajo, porque se tiene que estudiar la altura de la edificación del estadio para que no haya sombras en la cancha.
“Básicamente se comporta de manera normal, tiene las mismas dimensiones que son 105 metros x 68 metros y contamos con cinco metros de contracancha. Siempre hay que tener cuidado en todos los escenarios donde uno trabaja, pero el foco y los ojos puestos sobre el Estadio Azteca son de millones de millones de personas, tanto en territorio mexicano, como a nivel internacional y los cuidados son de primer nivel”.
A su criterio, a veces no se magnifican las bondades de una gramilla híbrida, que se reflejan en el Morera Soto que presenta entre 20 y 25 horas semanales de uso.
“Esta tecnología sí ayudan mucho. Hay gente que dice que es mejor 100% natural porque piensa que tal vez la parte sintética daña algo, pero realmente estamos mejorando en cuatro o cinco veces todo el desarrollo de lo que son las gramillas, de ahí que una institución y un estadio tan emblemático como el Azteca dé este paso a tener gramilla híbrida, por toda la cantidad de eventos que ellos tienen”.
Ahí se juegan los partidos del América, de la liga femenina, Cruz Azul lo adoptará como casa y hay partidos de NFL, entre otras actividades.
“Un pedido especial no hay, lo que sí hay es una exigencia muy grande. La responsabilidad es totalmente nuestra en cuanto a lo que vaya a suceder con el terreno de juego en toda esta época de construcción, de crecimiento y ya luego con el traslado de la finca hacia el Azteca”, citó Cubillo.
Y agregó: “El pedido especial es que estemos conscientes de la magnitud de este proyecto y de lo que estamos haciendo, yo creo que es un icono a nivel mundial, es un estadio que todo mundo sabe cuál es y las exigencias que hay son estándares altos, mismos estándares que siempre nos ponemos, como con la construcción que hicimos en el Morera Soto, o con el mantenimiento que tenemos ahí, o en Pachuca”.
Opciones
Para instalar la gramilla híbrida se puede apostar porque el césped híbrido germine en una finca aparte y luego trasladarlo, o bien, sembrarlo directamente en el estadio.
“El trabajo en total son 20.000 metros cuadrados, con la cancha del Azteca, la cancha del América y 4.000 metros también de vivero que ellos quieren tener. En un principio se pensó en hacer todo en finca, pero el Estadio Azteca tiene agenda llena y hasta el 10 de junio deja de tener uso para poder empezar a hacer los trabajos”.
Con eso, resultaba imposible sembrar el pasto híbrido directamente en el conocido Coloso de Santa Úrsula.
“Para el campo de entrenamiento del América, si se valoró las dos opciones, se vieron costos, facilidades que se tenían y al final se decidió por hacer crecer la cancha en el sitio, así que estamos trabajando las dos versiones por así decirlo”.
De avión en avión
Las gramillas híbridas le cambiaron la vida a Cubillo, algo que nunca sospechó que le ocurriría.
“Nosotros como empresa queremos terminar siendo los mejores, no decimos que somos los mejores, trabajamos para ser los mejores y mucho de eso son los sacrificios que uno hace. Busco los vuelos más tempranos y regresar en los vuelos más tarde para aprovechar el día hábil completo. Mucha gente dirá qué rico, pasa viajando, pero en realidad he llegado a tener hasta reuniones en los aeropuertos antes de que salga un vuelo”, contó.
“A veces es un poco tedioso eso, pero es parte del crecimiento que nosotros hemos tenido como empresa y es parte del reto que hay que aceptar y que hay que asumir. Si se quieren hacer esas cosas hay que hacer sacrificios, porque si no cualquiera lo estaría haciendo y por algo es que nos escogen a nosotros”.
Avances
En este momento, TMS se encuentra en el proceso de iniciar la siembra del césped.
“Luego de ahí vamos a tener unos 60 días de establecimiento y de crecimiento y a partir del 10 de junio que es la fecha en la que ya podemos ingresar al Estadio Azteca, empezaremos a hacer los trabajos de quitar la gramilla existente para luego hacer el traslado de la finca al estadio”.
El plazo es el 15 de julio, día en que la gramilla ya debe estar instalada para que el próximo torneo de la liga mexicana arranque sin ningún problema y prosiga su uso normal.
“Al final de cuentas el respeto nos lo hemos ganado trabajando y no hablando, a raíz de que nosotros sabemos lo que estamos haciendo nos hemos buscado capacitar cada vez más y hemos estado dando capacitaciones en Suramérica de cuáles son los procesos que se están haciendo y los cambios para intentar tropicalizar lo más que se pueda de Europa hacia América”.
Para él, la clave es que no se quedó con el conocimiento que adquirió hace dos o tres años, sino que sigue evolucionando.
“Se refleja con el trabajo que terminamos haciendo, porque confían en un tico, pero confían también en lo que han visto y en lo que saben que vamos desarrollando, que es un producto de calidad, a tal punto de que hoy es el Estadio Azteca, pero estamos en contacto con otros clubes y creo que hacia esa tendencia es hacia la que vamos hoy en día”.
Un equipo multidisciplinario
A Enio Cubillo lo identifican como la cara de esas gramillas híbridas, pero él cuenta con un equipo de trabajo multidisplinario conformado por arquitectos, ingenieras agrónomas, ingenieras industriales y hasta tiene colaboradores que se han ido a vivir a México y ya tienen unos siete meses allá.
“En este momento la ingeniera y el arquitecto están en México llevando la supervisión y somos una empresa 100% tica. Viajamos mucho y estamos en constante ir y venir, pero todo se maneja acá.
Su próximo sueño sería en algún momento formar parte del equipo que esté a cargo de las canchas de un evento de la FIFA.
Gramillas híbridas vs. sintéticas
Los encargados del Estadio Azteca estudiaron todos los campos híbridos que hay en Europa, volvieron a ver qué hay en América y ahí es donde se toparon con Enio Cubillo.
“Se dan cuenta que nosotros tenemos el Morera Soto, que en Pachuca ya tenemos una gramilla híbrida y a raíz de eso se dan los acercamientos para que esto se dé, porque ya es un hecho que el Estadio Azteca va a ser híbrido, así como una cancha en el centro de entrenamiento del América en Coapa y otra más que se viene de otro club”, indicó el experto en campos híbridos.
Al consultarle por qué cree que en Costa Rica se están cambiando canchas y se sigue apostando por las sintéticas, dijo: “Para mí la gramilla sintética no es una mala opción, siempre y cuando se tenga el plan de mantenimiento de la misma manera que se debe tener un plan de mantenimiento para una cancha híbrida”.
Es decir, hay que chinearla, pensar en descompactar el caucho, peinar el pelo y darle mantenimiento.
“No es nada más de instalar la cancha y listo, jugar 24/7. Esa es la diferencia y por eso es que muchos estadios aquí se terminan deteriorando rápido, porque no tienen el mantenimiento adecuado que se debe tener”, opinó.
Mencionó que en México algunos equipos tienen canchas sintéticas, principalmente en los centros de entrenamiento, por la cantidad de horas de uso.
“Si yo creo que a veces los clubes deberían analizar un poco más allá y hacer un esfuerzo, porque si bien es cierto, monetariamente no es tan sencillo hacerlo, las facilidades, el rendimiento y demás terminan beneficiando el fútbol, el juego, el rodamiento del balón y demás”.
Y añadió: “México ahorita está entrando en el bum de lo que son las gramillas híbridas y dando como ese paso a las tendencias de lo que hay en Europa, pero yo no desestimo ninguna de las dos, siempre y cuando se tenga un buen tratamiento de las mismas, que creo que esa es la diferencia en Costa Rica, porque no es solo ponerla y usarla”.