Técnicos se quejan de que exjugadores tienen más chance de llegar a los banquillos de Primera

‘El favoritismo hacia los exjugadores es abismal. Hay que valorar otros parámetros que son más importantes’, afirma técnico con licencia A que no fue futbolista. Él explica con argumentos su posición

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Martín Zumbado es médico de profesión y tiene la licencia A de entrenador. Es el mismo caso de Humberto Rodríguez, un abogado que espera su oportunidad en el banquillo. Ninguno de los dos fue jugador profesional, pero afirman sentirse capacitados para dirigir a un equipo.

Ambos aprobaron los cursos de la Fedefútbol y se sienten capaces de liderar un proceso, pero creen que los clubes siempre apuestan por los mismos, aun cuando otros pueden refrescar el balompié nacional con ideas nuevas.

En Costa Rica hay más de 2.000 entrenadores; 182 tienen la licencia B y 393 la A.

Zumbado, de 63 años y cirujano de profesión, es especialista en medicina del deporte y también trabajó en las selecciones menores y en la Mayor.

“No oculto que me gustaría tener la oportunidad de dirigir, nadie me ha pretendido. Es todo un reto, hay que actualizarse y formar un cuerpo técnico donde uno pueda compartir ideas”, citó Zumbado.

El médico considera que sí llevan una ventaja los exjugadores de fútbol que cursan la licencia. Se le abren más oportunidades de trabajo en Primera o Segunda División.

“Si uno se prepara bien, es buen estudiante y tiene una buena lectura de muchas cosas puede tener éxito. Casos hay en el mundo de entrenadores ganadores que no han sido jugadores y que son muy estudiosos”, añadió.

Incluso, cuando llevó el curso para obtener la licencia de entrenador fue uno de los estudiantes con mejores notas.

“Uno se mantiene más activo en la capacidad de estudio. Yo obtuve como un 9,96”, contó.

También levanta la voz para que los dirigentes de los clubes los vean como una posibilidad real para comandar a sus equipos.

“Me imagino que en las directivas de los equipos hay miembros que tienen conocimiento de cinco o seis entrenadores que andan alrededor. Lo que tienen en común es la base de datos de los que ellos conocen, pero hay mucha gente que puede ser buen entrenador y nadie los motivó a que ejerzan", explicó.

Rodríguez comparte criterio con Zumbado. Este abogado de 53 años opina que los equipos no han abierto el abanico de opciones para mirar hacia otro tipo de técnico.

“El favoritismo hacia los exjugadores es abismal. Hay que valorar otros parámetros que son más importantes. Se está escogiendo un entrenador porque lo elige la afición en algunos casos. Los clubes deberían tener un mapeo de personas que reúnan condiciones como nivel intelectual, experiencia y otras cosas", agregó Rodríguez.

Ahora, ¿qué opina un exjugador con renombre en Selección Nacional, así como el padre del proyecto de las licencias en la Fedefútbol, un dirigente de un equipo y un profesor que imparte los cursos de la licencia? ¿Tienen ventaja los exjugadores?

Paulo Wanchope reconoce que hay muchos ejemplos de estrategas que no han sido futbolistas, pero todo empieza por la pasión que tengan para meterse de lleno.

“Hay un tema importante en cuanto a la vocación y lo que es querer estar realmente en el fútbol. Pueden haber muchas personas de muchas profesiones, pero no creo que ellos sientan la profesión. Esto es de vocación, de querer, insistir y estar. Esto no es fácil para una persona que no ha jugado fútbol profesional y tampoco lo es para uno que ha sido profesional”, comentó Wanchope.

Rolando Villalobos, quien inició el proyecto de las licencias de entrenador (2011), reconoció que, por lo general, los clubes tienen preferencia por futbolistas.

“Muchos equipos en el mundo lo que hacen es tener a exjugadores de selecciones nacionales, exjugadores emblemáticos de un club, en Primera o Segunda”, citó Villalobos.

“Claro que hay excepciones, hay entrenadores que no han jugado fútbol en divisiones menores o se lesionaron. Por ejemplo, el caso de Jorge Luis Pinto o Carlos Restrepo. Hay casos en el mundo de técnicos que no tuvieron la oportunidad de jugar, pero son aislados. Yo entiendo a estas personas, pero a veces no aplican y no inician su carrera, o tal vez quieren que los tomen en cuenta, pero deberían empezar por un equipo juvenil o una U-20 y a partir de ahí iniciar sus primeros pasos”, agregó.

Mientras tanto, Erick Sánchez, profesor de cursos avanzados de preparación física, afirma que es claro que "sí tienen ventaja los exjugadores”.

“Eso no quita que porque no haya jugado no pueda ser buen entrenador, pero sí es importante. Lo que digo es que haya o no jugado tiene que estar en constante actualización, el fútbol evoluciona y no me puedo quedar con lo que gané en la licencia A. Hay entrenadores que se atreven a inventar algo diferente, que alguna manera haya tanta gente con licencia es un factor, pero ahí es donde vienen los que tienen más capacidad", apuntó.

Por último, el presidente de Carmelita, Isidro Zamora, cree que la experiencia en el medio sí cuenta.

“Se sabe que han habido técnicos que no han sido jugadores o por lo menos no de primera línea. Yo pienso que no debería ser condición, pero si uno va a contratar personal para un puesto desearía que tenga el perfil necesario, que se ajuste a las necesidades del equipo y que tenga experiencia”, explicó.

"La lógica dice que primero se establece el perfil y luego se elige. Si uno va a contratar a un trabajador, uno siempre piensa en la experiencia y que ha pasado por otras situaciones difíciles. A veces se toman algunos “riesgos” para hacer debutar un técnico, pero se puede dar”, concluyó Zamora.