Alajuela. Estaba pensado como un partido de futbol, pero en el gran balance se asemejó más a una hermosa sinfonía, porque así se lo propusieron dos orquestas de linaje, la alajuelense y la herediana, que deleitaron con lo mejor de su repertorio a un auditorio exigente.
Entonaron mejor los rojiamarillos en la primera parte del concierto, dirigidos por el maestro Mauricio Solís, responsable en gran medida del 2 a 0 con que Herediano se fue al descanso, pero deslumbraron los erizos en el complemento, bajo la conducción de los directores Juan Carlos Arguedas y Nahamán González, artífices del 3 a 2 con que se selló el juego.
Batuta en mano dirigieron la orquesta con acierto y precisión. No repararon en golpear el atril, detener los movimientos y llamar a sus músicos al orden cada vez que desentonaban al alejarse de la partitura escrita por Valdeir Vieira. En eso le sacaron ventaja a sus colegas Solís y Paniagua y por ello ganaron el juego y eliminaron a los florenses de las semifinales.
Arranque premonitorio
Dos acciones electrizantes, en los minutos cinco y siete, fueron premonitorias del tinte dramático que tendría el juego. Cabezazo de Lassiter y desvío de Barrantes sobre su derecha; salvada de Obando sobre la línea a remate de Smith.
Fue el preludio de la orquesta alajuelense, abortado en forma abrupta por una acción polémica de apreciación arbitral, que desembocó en el primer gol herediano.
Triangularon Castro, Obando y Paniagua en tres cuartos de cancha. Kénneth globeó la pelota al área y Solís quedó mano a mano con Mesén. Mauricio intentó globear la pelota al guardameta, pero lo golpeó en una pantorrilla. Para sorpresa de todos el juez Astúa vio penal.
"Mesén entró con plancheta a Solís. Por eso no dudé en pitar. Lo amonesté y no lo expulsé porque la jugada no daba para gol. Mauricio no tenía oportunidad de anotar", explicó el silbatero al término del juego. Interprete usted.
Lo que se vio después fue la solvencia de Obando, dirimiendo con sobriedad el duelo desde los once pasos frente a Mesén, al minuto 16.
Herediano aprovechó el golpe psicológico y se metió en el juego. Creció Solís en su función de recuperador-armador, bien secundado por Carlos Castro, un motorcito que le imprimió agilidad al mediocampo. Se soltaron adelante dos notables delanteros: Suazo y Wanchope.
El primero, un verdadero acertijo para Delgado, Arnáez, Montero y Chacón; el segundo, una jaqueca para toda la zaga eriza, a la que sacó permanentemente de su zona de influencia, con su pique, freno y contrapique.
Nicolás estampó su trazo goleador en la red de Mesén al 45', tras desgranar a cuatro zagueros manudos y rematar colocado al poste izquierdo de Mesén. Era el 2 a 0, la confirmación de la clasificación herediana a semifinales y un notable cierre para 45 minutos de buen nivel.
Pero la orquesta alajuelense regresó del descanso con variantes en su partitura. López, desconocido en su función de administrar el juego, regular el ritmo, hacer la pausa y manejar los tiempos del partido, cedió su lugar a Badilla.
Víctor se recostó sobre la izquierda, en función ofensiva, mientras que Arguedas se juntó con Nahamán, en el medio, y Alajuelense progresó así en los movimientos en procura de espacios para asegurar la pelota, el control del partido y, fundamentalmente, la rapidez para colocar el balón en el área de enfrente.
Lo favorecieron dos circunstancias. Herediano no jugó al borde de su área, como en la inicial, sino que inexplicablemente se introdujo en ella. Esto le dio alas a los manudos para volar sin marca por los andariveles de la cancha. Por otra parte, los florenses no ensayaron ninguna respuesta táctica para desactivar el circuito Arguedas-González, a partir del cual los erizos cargaban con todo sobre el marco de Hermidio.
Y la premonición de los albores del juego se materializó. Alajuelense generó una y otra vez situaciones de gol. Arguedas, en cobro de tiro libre, originado por una falta de Guthrie a Nahamán -que le valió la expulsión al florense-, ratificó la pureza de su técnica y puso el 2 a 1.
Tensión florense, drama rojinegro. Mac Donald teme lo peor. Piensa y se juega todo con un cambio defensivo. Chavarría suple al expulsado Floyd, pero el precio es muy elevado: sacrifican a Suazo. Llega luego Gómez, en un esfuerzo estéril por aislar el juego brillante de la dupla Arguedas-González, pero la respuesta eriza en el cancha es el 2 a 2.
Lo hizo Delgado, al empalmar de pierna derecha un balón suelto en las inmediaciones del área.
El futbol ofensivo de la Liga es una sinfonía que inunda todo el estadio. El auditorio rojinegro reclama el tercero y la orquesta lo complace. Lassiter, en una de las últimas acciones del juego, ganó la banda derecha, quebró al área en busca del cierre de Smith, pero Parks, sin proponérselo, desvió sobre su propia portería. Es el 3 a 2. Astúa atribuyó luego la concreción al volante erizo.
Victoria agónica, eliminación florense. El público aplaudió de pie y la orquesta, como corresponde, inclinó su cabeza para recibir la ovación.
Dos favoritos; dos intrusos
Los dos grandes del futbol nacional se enfrentan en semifinales con norteños y generaleños-Eliseo Quesada Campos
Redactor de La Nación
Dos que eran esperados contra dos que sorprenden; dos de los llamados grandes contra dos de los pequeños; dos equipos cansados de ser campeones contra dos que apenas sueñan con su primer cetro.
Así quedaron las semifinales de esta segunda fase del futbol mayor: Saprissa y Alajuelense ante Pérez Zeledón y San Carlos, respectivamente.
Sin duda que morados y manudos tenían que estar en esta ronda, pues aparte de ser los dos mejores equipos de la temporada, cuentan con las mejores y más caras planillas de nuestro balompié.
En cambio Pérez Zeledón y San Carlos aparecen como dos intrusos que se robaron, con regularidad y buen futbol, los lugares que se esperaban fueran ocupados por Herediano y Cartaginés.
Ambos lograron ayer lo inpensado, el primero con más estrépito que los norteños.
Pérez Zeledón llegó a San Ramón decidido a lograr lo que debía, ganar, y lo hizo con cuatro goles que no dejan dudas sobre sus cualidades para seguir en el camino que conduce a la corona.
Luego esperó que Alajuela le hiciera el favor y eliminara a un Herediano que reflejó en el partido sus andares de la temporada: arranque violento y cierre deficiente.
Para San Carlos el camino fue menos empinado, pero por si acaso logró en el Saprissa el ansiado punto que lo clasificaba sin importar lo que Cartago hiciera.
Los brumosos abonaron en su fracaso y con un irregular partido -igual que su desempeño en el torneo- sumó otro año a su inacabable espera por volver al podio.
Y junto a florenses y brumosos, se despidieron chuchequeros y ramonenses sin ganar en las cuadrangulares...
Y junto a esos equipos Suazo, Pin Gómez y Johnny Murillo quedaron al margen de la lucha por el goleo. Arguedas, el revitalizado Ilama y un Fonseca que tiene pendientes dos juegos de suspensión tienen la palabra.