Luego de perder la final de la segunda fase ante San Carlos, Wálter Centeno dio una de las peores declaraciones que he escuchado de un técnico perdedor en una final.
Centeno aseguró que Saprissa jugó mejor que el nuevo campeón del fútbol nacional, que San Carlos no ganó bien el campeonato.
Esto es una muestra de soberbia enorme de parte del entrenador. Entonces Wálter, ¿cómo Saprissa jugó tan bien y perdió la final?
San Carlos tiene un estilo diferente al famoso toque-toque de Saprissa, quizá es un fútbol menos vistoso, pero eso no indica bajo ninguna circunstancia que el equipo de Luis Marín tenga que ser catalogado como inferior al de Paté.
El problema con Wálter es que en su cabeza solo parece haber un estilo de fútbol válido y aquellos que no lo practican como él son vistos por debajo del hombro de uno de los mejores volantes de la historia del fútbol tico.
Que pena que Centeno haya dicho eso, pues en las derrotas es cuando salen los verdaderos colores de las personas, ya que es muy fácil digerir la victoria, pero lidiar con la derrota no es sencillo.
Me imagino que a Juan Carlos Rojas, que es un caballero, le tiene que caer muy mal la declaración de Centeno, pues no va ligado a los valores que tanto pregona el jerarca morado y que ha demostrado tener.
Además, Centeno cuenta con un gran departamento de comunicación que lo puede ayudar a evitar este tipo de declaraciones, aunque tampoco pueden hacer milagros.
Yo entendería a Wálter, si la final se hubiera definido por fallos arbitrales (como he visto varias), pero este no es el caso y tampoco lo llegaría a justificar.
El protocolo para Paté exigía una felicitación al pueblo de San Carlos y a Luis Marín, cosa que sí hizo, hay que decirlo, pero el dardo venenoso de creerse mejor que el campeón era innecesario.
Creo que Paté deberá preocuparse primero por llegar a una Gran final de campeonato nacional, tal y como lo hizo su antecesor, Vladimir Quesada, quien sí fue capaz de ganar en su primer torneo al mando de Saprissa y jugó las dos finales en los torneos que dirigió.
Al final, me parece que Wálter puede aprender de esta derrota si así se lo propone, pero tiene que encontrar la humildad para reconocer las formas en las que otros quieren trabajar. La verdad absoluta no le pertenece al denominado Rey Paté, quien deberá trabajar mucho por tener su corona.