Mauricio Wright lo recordó en una de sus conferencias y así ha querido dejarlo claro entre el camerino: cuando él fue jugador del Saprissa, en los años 90, vivió una situación similar a la que enfrenta ahora.
Es decir, el equipo tuvo un torneo irregular y llegó a las instancias finales sin etiquetas de favorito para, luego, dejarse el título.
Estar lejos de los primeros lugares durante todo el certamen no es lo usual en el club morado, pero tampoco es una novedad. Ya sucedió antes y en eso se quieren enfocar los tibaseños para cuando llegue el momento de enfrentar la segunda parte del Clausura 2021.
La S aún no asegura el boleto, pero solo una catástrofe en la jornada 22 se lo quitaría, porque aunque Cartaginés y San Carlos pueden empatarle en puntos, tienen una diferencia en el goleo de -3 y -5, respectivamente.
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Lo cierto es que desde el arribo de Wright al banquillo, este apeló al carácter y ADN morado para levantarse. Para eso también recordó momentos angustiantes, cuando las apuestas le daban la espalda al Saprissa.
Hasta ahora eso da resultado, con siete puntos de 9 posibles y la clasificación a la mano.
Pero al entrar en esa etapa del certamen, el claro candidato al título sigue siendo Alajuelense, con un torneo casi perfecto.
Por eso el estratega rememora la temporada de 1993-1994, cuando Saprissa alzó el cetro luego de un rendimiento que vino de menos a más.
En esa campaña hubo cambio de técnico (Carlos Watson fue despedido y se contrató a Carlos Linares), un inicio de importantes tropiezos y muchas críticas. Un panorama similar al actual.
Una diferencia evidente es que en ese entonces el club se había reforzado muy bien. La planilla tenía figuras del calibre de Hernán Medford, Rolando Fonseca, Roy Myers y Óscar Ramírez, entre otros.
La Liga se proclamó como el mejor de la temporada regular, hasta el cierre, cuando la S le ganó la final de segunda fase y después la gran final.
Este puede ser uno de los momentos más recordados, pero a ese que hace mención Wright, se unen otros cinco similares.
Antes de que el ahora estratega morado lo viviera como jugador, Saprissa pasó por ello en 1976 y 1977.
Es cierto, era candidato, sobre todo porque en ese entonces consiguió su hexacampeonato, pero llegar a ese hito no fue fácil.
En esos años en mención clasificó a la siguiente fase como tercero. En 1976 lo hizo a 11 puntos del primer lugar (Cartaginés) y al siguiente certamen, aunque fue menos la diferencia (seis) quedó por detrás de brumosos y manudos, a quienes después “dejó botados”, porque cuando estuvo en la pentagonal mostró un poderío difícil de emular.
La última vez que la afición presenció algo parecido en la década de los 90′s fue en el 97-98, temporada al mando de Alexandre Guimaraes. En el torneo de Apertura el club fue cuarto y luego perdió la final ante la Liga; recortó diferencias en el Clausura, al ser segundo, pero siempre detrás del archirrival.
Todo cambió en la final, donde ganó con global de 3-2 y agregó el título 21 a sus vitrinas.
Para presenciar un torneo así hubo que esperar varios años del siglo XXI. Para muchos aún son memorias frescas los cetros del Invierno 2014 e Invierno 2015.
En el 2014 el mal rendimiento provocó la salida de Rónald González. Su puesto lo asumió Jeaustin Campos, quien logró levantar al equipo hasta conseguir el título, superando al líder Alajuelense en las semifinales y a Herediano en la serie definitoria.
Para el año siguiente el ambiente hostil hacia el Saprissa aumentó. Hubo señalamientos de exjugadores, el más recordado fue cuando Erick Lonis llamó a algunos futbolistas “princesos”.
Ese calificativo enfadó al camerino, que evidentemente fue objeto de burlas y cuestionamientos.
Al final, utilizaron todos los reproches para tomar fuerza, según dijeron luego algunos protagonistas que celebraron la corona 32.