Saprissa no podía darse el lujo de llegar al clásico con más dudas y pese a tener el duelo contra su archirrival a la vuelta de la esquina, supo sacar tres puntos sumamente necesarios, en especial para su confianza de cara al clásico.
Los morados estaban pensando en el partido del domingo ante Alajuelense, cuidaron a Cristian Bolaños y Jairo Arrieta (ambos en banca), y el negocio les salió redondo.
Vladimir Quesada no podía llegar a verse la cara con Luis Diego Arnáez con más señalamientos de los que pesan sobre la S, por lo que el triunfo 2-0 ante Guadalupe de visita es un bálsamo enorme para los tibaseños.
Antes del juego de anoche, Saprissa tenía solo una victoria en seis juegos, un carga que se empezaba a hacer muy pesada.
Contra Guadalupe el equipo se vio tranquilo, con mucha calma pese a que los locales se encerraban y no daban espacios, pero el campeón nacional supo administrarse y apretar el acelerador cuando fue necesario.
La primera jugada de peligro llegó en una gran acción individual de Marvin Angulo; con un amague dejó sentado a un defensa y le puso la pelota a Luis Hernández, quien la mandó por un costado del marco.
Dos minutos después cayó el gol de Christian Martínez, quien recuperó un balón en los linderos del área y sin pensarlo mucho remató de derecha y la pelota se fue al fondo.
Para el segundo tiempo, Quesada sacó a Mariano Torres en el 58’ para evitar que viera su quinta tarjeta amarilla y así tenerlo listo para el clásico.
Como si el plan no estuviera saliendo a la perfección, sus dos cambios gestaron el segundo gol, el que liquidó el partido.
Jairo Arrieta le dio un pase sutil a Ricardo Blanco y este empujó la pelota con tranquilidad.
Por cierto, Blanco no terminó el encuentro pues volvió a resentirse de la rodilla que lo había sacado de los últimos compromisos; por ese motivo Saprissa terminó con 10.