Alajuela. En vez de convertirse en su fortaleza, el estadio Alejandro Morera Soto se está convirtiendo en una suerte de castillo embrujado para Carmelita.
Ayer, el club de la barriada perdió ante Santos de Guápiles (1-2) su tercer juego consecutivo en la que se supone es su casa oficial.
Las dos derrotas anteriores parecieron ser un lastre muy pesado para los dirigidos por Guilherme Farinha, que anoche empezaron el juego más que dormidos.
Apenas a los 20 segundos, el Santos se había acercado con verdadero peligro. En la primera acción del partido, Enoc Pérez centró desde la banda izquierda y el goleador Christian Lagos estuvo a centímetros de enviar la pelota al fondo.
El susto no le bastó a los carmelos para despertarse; dos minutos después, Carlos Montenegro cometió un penal infantil sobre Wálter Chévez. Ahora sí, Lagos se encargó del cobro y con un toque rastrero, puso el 0-1, al minuto 4.
Como ha sido triste costumbre para Carmelita en los últimos juegos, hizo falta el gol para despabilarse. Al 9’, Carlos Clark filtró un pase para el veloz Rooney Mora y este solo tuvo que tocar a un lado para vencer la salida de Morales.
Tras el empate, el dominio del balón se niveló, pero aunque Carmelita se vio mejor en el toque, fueron los santistas quienes llevaron mayor peligro a la meta rival, al menos hasta el minuto 30.
Después de ahí, los locales se abrieron espacios para acercarse al segundo gol y, a un minuto del descanso, estuvieron a punto de encontrarlo, en un remate de José Adrián Marrero que el defensor Randall Porras salvó de la línea.
Gol de camerino. Para el complemento, el técnico santista, César Eduardo Méndez, hizo ingresar a Raymond Fernández para revertir ese dominio carmelo, e hizo falta solo un minuto para que la variante le diera resultados.
Al 46’, Argenis Fernández tocó a la espalda de los zagueros para que Salas quedara de cara al gol.
El santista no se intimidó, quebró ante la marca de Montenegro y con izquierda firmó el 1-2.
De nuevo cuesta arriba, Carmelita se fue en busca de la paridad, pero Santos se atrincheró en su terreno y soportó la tormenta hasta el minuto 75, cuando Rooney Mora volvió a darle a su equipo la posibilidad de empatar.
El guardameta Bryan Morales salió a cortar un avance de Mora que ya Randall Porras había enviado al córner, y terminó cometiendo penal sobre el carmelo.
Con el fantasma del juego anterior en el Morera Soto sobre la espalda, Víctor Chavarría se paró frente a la pelota, amagó, miró hacia la derecha y cobró al palo izquierdo. ¡Fuera!
Era la prueba que bastaba para saber que Carmelita no tendría esperanza para romper el cerrojo santista y la tercera derrota en casa era asunto saldado.