San Carlos estaba llegando al límite, la desesperación pudo ser su mayor enemigo, pero encontró el premio.
Los norteños estuvieron cerca de acrecentar su racha de seis partidos sin ganar en el campeonato nacional, hasta que en el minuto 85 apareció el añorado gol.
El conjunto dirigido por Luis Antonio Marín finalmente triunfó, 1-0 sobre Grecia, que volvió a la acción luego de tres fechas sin poder jugar.
También fue una cura en medio de una profunda herida, después de la devastadora derrota del jueves anterior 5-3 ante el New York City en la Liga de Campeones de Concacaf.
Esta vez, en el estadio Carlos Ugalde, fue el dueño del partido en cuanto a acciones de peligro se refiere, pero le costó mucho llegar a la celebración.
La definición fue un problema que incluso necesitó de suerte para romperse. Julio Cruz fue el encargado de anotar el único tanto. El delantero remató ante el guardameta Kevin Ruiz, quien achicó bien, pero en el rebote la pelota pegó al mexicano y se fue directo al marco.
“No merecíamos los resultados que habíamos tenido”, dijo Cruz al final del juego en la transmisión de Tigo Sports. Si de merecer se trata, podría decirse que este sábado su equipo se ganó los tres puntos.
Aunque ninguno de los equipos pudo llevar los hilos del juego, cuando San Carlos se acercó al marco contrario lo hizo enserio, siempre con peligro.
Del otro lado Grecia fue débil. La acción más importante fue en el minuto 66, con Aldo Magaña, quien lo intentó dos veces sin éxito. Primero topó con la defensa y después con un acertado achique de Patrick Pemberton.
San Carlos terminó el primer tiempo con la sensación de haber hecho lo suficiente para estar en ventaja.
Las oportunidades lo decían así, pero la definición no. Omar Browne tuvo en sus pies el deseado tanto.
En el 21' comandó un contragolpe, se quitó al portero y al momento de rematar su brújula perdió dirección.
Apenas ocho minutos después, en otro gol "cantado", el delantero se volvió a deshacer de Ruiz y cuando remató, esta vez directo al arco, apareció en su camino el zaguero Richard Steven para sacar la pelota.
El portero griego tuvo mucho trabajo. En el segundo tiempo sí pudo reaccionar y despejó el disparo potente de Randy Chirino (53').
Después, aunque Grecia producía poco, el juego entró en un bache que indicaba un 0-0 enorme.
La desesperación de Luis Marín evidenciaba que su club no podía permitirse otro día más sin triunfo. Por ese tanto de Julio Cruz significó un alivio en medio de las malas noticias.