Desde el lejano Medio Oriente tres emisarios cataríes han hecho una travesía kilométrica, siguiendo una estrella que, si todo sale bien, los tendrá pronto sobre la radial Santa Ana- Belén, en busca del Proyecto Gol.
Se desconoce si viajan en camello, en Ferrari o en un avión de Qatar Airways. Pero que van a llegar es seguro. Lo que está en duda es si su poder mágico alcanzará para hacer el milagro para el que fueron convocados.
¿Oro, incienso o mirra? ¿Qué necesitan más los señores que habitan el reino del Proyecto Gol para materializar tener un venturoso año 2022?
El incienso no caería mal. ¡A ver si Gaspar trae buena carga! Para quemar los recuerdos de tanto fracaso acumulado y purificar ese ambiente nauseabundo que se respira en la zona, sin que ello tenga que ver con alguna gracia de la mula o el buey.
Pero nada como el oro. Quebradas las arcas del Rey Villalobos y si no se materializa el milagro de clasificar a Catar, solo una ofrenda en lingotes dorados evitará una catástrofe en el reino edificado camino a Belén.
Baltasar, portador del oro en la historia bíblica, es el llamado a salvar de sus ruinas a ese imperio de la improvisación, habitado por señores feudales que se han apropiado de los sueños de futbol que son de todos.
Pero no hay que despreciar la utilidad de una dosis de mirra, bajo el patrocinio de Melchor. Útil para embalsamar a los muertos, según los relatos bíblicos, simbólicamente será indispensable si el milagro futbolero no se concreta.
Cuando ocurra lo que parece inevitable, algunos deberían convertirse en cadáver de dirigente, no literalmente por supuesto, sino entendido como un exilio del fútbol, confinados al simple recuerdo de sus malas horas en el balompié. No otro castigo se merecen quienes han comandado el navío extraviado en su rumbo a Catar.
Ni aun con el jeque Hamad Bin Jalifa, emir catarí, infiltrado entre los Reyes Magos, se nos haría posible el sueño mundialista. Doña FIFA, la reina de este negocio, solo tiene reserva para tres invitados fijos y otro posible. Costa Rica pende de un milagro mesiánico para alcanzar al menos el derecho a pelear por el cuarto cupo.
A falta de planificación, decisiones acertadas y en tiempo, solo queda aferrarse a eso, un milagro. Es más fácil creer que los Reyes Magos cruzarán la entrada del Proyecto Gol este 6 de enero, que pensar como posible la llegada del avión tico a Catar en noviembre próximo.