Leonardo Vargas, presidente del Cartaginés, no tiene problemas en reconocer que cometió errores en el 2021 con contrataciones “malísimas” que a la postre sumaron poco, o en realidad restaron, en la meta de clasificarse a semifinales en dos torneos. El golpe es fuerte y aún lo sienten en el conjunto brumoso, pero esto no le quita la ilusión de ver a un club estable financieramente y campeón.
Vargas dice estar dispuesto a sacrificar su patrimonio y no tener grandes lujos por alcanzar su gran anhelo. El dirigente conversó ampliamente con La Nación y contó cuánto ha cancelado hasta ahora de la deuda de $5.000.000 que había cuando se convirtió en el accionista mayoritario y jerarca en el 2019. Además, adelantó que el 2022 será el año de la estabilidad para fortalecerse y ser protagonistas: “lo que se sacrifica se hace por gusto, por la afición, por la gente con la que compartí como aficionado y a la que vi sufrir”.
¿Qué valoración hace de un 2021 en el que Cartaginés no clasificó a semifinales en ninguno de los dos torneos?
Fue difícil, porque apuntábamos a clasificar y teníamos equipo de sobra para meternos entre los cuatro mejores en los dos torneos. Sin embargo, tomamos malas decisiones, llegaron jugadores que no nos funcionaron como esperábamos, se dieron algunos problemas en el camerino y se sumaron muchos factores para no lograr los objetivos.
”Igualmente, sigo confiando en el grupo y tanto es así que voy a cambiar poco para este primer certamen del 2022. Llegarán dos o tres muchachos en puestos en los que carecemos, como la defensa y en el centro del ataque. Sosteniendo lo que tenemos, que también fue complicado, todo puede funcionar”.
No tenía experiencia como dirigente, ¿cuánto ha aprendido y qué lecciones se ha llevado en estos casi tres años?
¡Ufff! La verdad es que mucho. Por ejemplo, no puedo seguir actuando por la emoción, sino que debo pensar un poco más para no tomar decisiones equivocadas y escuchar un poco menos a gente que influye en uno y que tal vez no tiene los mismos intereses que uno con el club.
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”Reconozco los errores y es que, por citar algo, en el torneo anterior hicimos contrataciones malísimas y que no resultaron, pese a que pensamos que nos iban a ayudar. Fueron malas decisiones que aún hoy las estamos pagando y por eso digo que hay que tener más calma y darse margen para pensar”.
¿Quién o quiénes son esas contrataciones malísimas que dice?
No vale la pena decir, porque ya no están, pero es obvio quiénes son. Igual, lo que pasó no es solo por ellos, porque a uno le presentan la oferta y al final es uno el que decide, jamás es que lo obligan. La lección es que hay que analizar más, profundizar en el rendimiento de los últimos años de los jugadores que se quieren traer y así lo estamos haciendo.
¿Qué complicaciones le ha traído el no clasificar en todo el 2021?
Se complica todo. El tema de los patrocinadores, las negociaciones, gente que nos ayuda pierde un poco la fe y esto trae secuelas. Igual, el otro año regresa la afición y es un recurso que nos ayudará a solventar un poco, pero de todas maneras, este equipo necesita ser campeón y para lograrlo hay que acostumbrarse a clasificar y dejar eso de un torneo sí y otro no.
¿De cuánto es el golpe en lo económico al no clasificar en los dos Torneos?
Es fuerte. Logramos dos clasificaciones al hilo y luego en todo el 2021 no se nos dio. Desde que entramos en el 2019 veníamos trayendo más recursos al club, experimentando un crecimiento y el no meternos en este año nos ha mermado esa fuerza, pero igual seguimos luchando, se ha conseguido bastante y ha dado para mejorar el estadio al pintarlo por completo y construir áreas como un espacio para recreación y la ampliación del comedor.
En medio del momento complejo, ¿puede hacerse cargo de pagos importantes como el fideicomiso ($2.500.000) que tiene el club y los arreglos de pago?
Sí, claro. Todos los días nos levantamos con algo nuevo, pero sabemos que hay que resolverlo. Por ejemplo, espero que a inicios de este 2022 terminemos con el arreglo de pago que se hizo con la Caja Costarricense del Seguro Social, uno de los más difíciles luego del fideicomiso. De la Caja nos quedan una o dos cuotas y es un carga muy importante que nos quitamos, porque son cerca de ¢10 millones mensuales que se deben sacar y venimos cancelado desde que se asumió.
”Hemos pagado muchas otras cosas y bueno está el fideicomiso ($2.500.000), pero esto necesita una cirugía mayor para resolverlo porque es mucho. Logramos pagar mes a mes el fideicomiso para no atrasarnos más y apuntamos a seguir así y resolverlo”.
¿De cuánto era la deuda con la CCSS?
Este fue el primer arreglo de pago que hicimos cuando llegué. Eran 36 cuotas de cerca de ¢10 millones mensuales y ya vamos terminando, pero esta es solo una de tantas, porque se han afrontado muchas más que eran de montos similares al mes que se debían cancelar, ya sea con instituciones o empresas y quedan otras más a las que le voy a abocar.
”Eso sí, he aprendido que Cartaginés tiene la fuerza necesaria para lograr lo que se propone, pero tiene una carga muy pesada que no lo deja crecer, como lo es el fideicomiso. Igualmente, no estamos ni cerca de cuando empezamos; en aquel momento era una locura y no había plata para nada, solo deudas por todos lados”.
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¿Cuánto ha pagado de la deuda original de poco más de $5.000.000 que tenía Cartaginés cuando usted asumió?
Casi la mitad. La otra mitad es prácticamente el fideicomiso ($2.500.000) y un poco más. Siempre dije que a febrero del 2022 llegaba con el Cartaginés bien enfilado a solventar los problemas más grandes y con más tranquilidad a nivel financiero. Igual, necesitamos lograr cosas en lo deportivo para que todo camine.
Cartaginés estaba quebrado cuando tomó el control, ¿Vivió momentos críticos en lo personal?
El trabajo ha sido muy pesado y hemos tenido momentos muy críticos, tanto en lo personal como en lo empresarial. Sin embargo, soy positivo y Cartaginés y la afición se lo merecen, así que voy a luchar por esto.
¿Cuál es el objetivo más grande?
Sacar al equipo adelante en lo económico y hacerlo campeón. Incluso, bromeaba con mi familia y les decía que no me importaba no volver a salir del país con tal de ver a Cartaginés campeón. Hoy más que nunca pienso así y es lo que queremos como familia, porque apuntamos a ver a este equipo campeón.
”Lo que se sacrifica se hace por gusto, porque me nace, por la afición, por la gente con la que compartí como aficionado en las gradas y a la que vi sufrir. Lo hago porque amo a Cartaginés y porque sé que nadie más va a llegar a hacerlo”.
¿Se considera el salvador del Cartaginés?
No, jamás. Lo que digo es que me tocó estar acá, creo tener la capacidad y lo seguiré haciendo. No me interesa que me digan que salvé al Cartaginés, sino que lo que quiero es verlo en el lugar que debe de estar. Este club representa a una de las grandes provincias de Costa Rica y merece tener su infraestructura, su equipo sólido y sus finanzas tranquilas.
”No hay que hacer milagros, hay que trabajar y nada más, porque eso fue lo que faltó siempre. Es un tema de constancia, de poner la capacidad al servicio concentrarse. Al principio tuvimos la capacidad para ayudar económicamente al Cartaginés; si no, desaparecía, pero ahora la ayuda de mis empresas es mucho menor a lo que aportábamos al inicio”.
Basado en este aprendizaje, ¿qué Cartaginés se verá ahora?
Tal vez mucha gente dirá que este año Cartaginés no se reforzará mucho, pero no es así porque retuvimos a futbolistas que terminaban contrato y mantenemos una estructura con figuras como Daniel Chacón, Ryan Bolaños, Allen Guevara, Jeikel Venegas, Ronaldo Araya. A todos ellos costó sostenerlos, porque varios equipos los querían, sin embargo siguen acá y así no tenemos que rearmar grandes cosas.
”Armamos un equipo joven y apuntamos a que nos dure dos o tres años y que nos permita ir ganando cosas y cumplir lo que queremos”.