San Juan de Tibás. Él es el “Rey”. “Su majestad”. Y cuando el dueño de la corona está de cumpleaños tiene que haber una buena fiesta. Los invitados estaban listos, pero Wálter Centeno abrió el regalo equivocado. Ese que tenía la envoltura rojinegra.
A su celebración, Paté llegó con vestimenta casual. Camiseta verde agua, jeans pegado al cuerpo y zapatos beige. Desde que salió al césped fue ovacionado por la multitud que asistió a la Cueva.
Con el pitazo inicial Centeno fue el de siempre. Ademanes aquí y allá. Moviéndose de un lado a otro en la zona permitida. Llamando a fulano o a mengano. Recriminando una jugada o aprobándola.
Es intenso. De eso no hay duda. Cuando le anotaron los primeros dos goles ni se inmutó. Solo abrió una botella con agua. Con sus manos hizo gestos de calma. Especialmente tras el segundo tanto manudo con el error del portero Aarón Cruz. Al portero le hacía señas de que se apegara al libreto ya conocido: juego de pies con tranquilidad.
Cuando era la S la que marcaba liberaba presión. Llamaba a sus jugadores para mantenerlos concentrados. Le decía a Michael Barrantes que tuviera paciencia, que pensara. A Jaylon Hadden le hacía el gesto técnico con el que tenía que patear el balón.
A Wálter no se le va una. Está en todo. Quiere controlarlo todo, pero el “Rey” tiene sus súbditos, precisamente porque en todo no se puede estar.
Es ahí donde a Paté le falta quien trabaje al equipo en defensa; si no, sus ademanes continuarán una y otra vez. Y otras más. Quién sabe cuántas.
Los primeros 45 minutos fueron intensos, de fiesta, pero en la hora grande, esa en la que se abren los regalos, eligió el equivocado. No escogió el de listones morados y blancos sino el de rojo y negro.
El cambio de Marvin Angulo en el segundo tiempo condicionó el partido y ahí perdió más de lo que ganó.
No pudo controlar las acciones de sus jugadores que fueron perdiendo la cabeza.
Tampoco pudo desde el banquillo contrarrestar el bloque erizo y hacerle daño con sus cambios.
En esta oportunidad, Paté vio cómo lo superaron en el banquillo y en ningún momento “El Rey” tuvo el control.
Se marchó de la Cueva siendo cuestionado por la prensa por una goleada histórica ante el archirrival y con un sin sabor de empezar su día con una amarga derrota 5-2 en su casa.