Pablo Gabas: se retira el ídolo que dejó la Selección por beneficiar a Alajuelense

El futbolista de 36 años tendrá su partido de despedida el 25 de julio. Confesó que los entrenadores que más lo marcaron son Javier Delgado y Óscar Ramírez y que le encantaba enfrentar a Saprissa

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Invadido por la nostalgia, pero muy consciente de que era el momento de ponerle punto final a su carrera como futbolista, Pablo Daniel Antonio Gabas recordó que cuando llegó a Alajuelense, Javier Delgado fue su primer entrenador, hace unos 16 años.

A partir de ahí, el argentino empezó a ser auténtico, sudando la camiseta de la Liga y convirtiéndose en un ídolo del club.

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"A los tres meses levantamos una de las copas más recordadas por la afición, que fue el Torneo de Concacaf de 2004, que solo dos equipos lo han levantado en esta institución y somos pocos los privilegiados de ser parte de esos equipos", apuntó el tico argentino.

Desde este momento, ese ícono que hoy tiene 36 años engrosa la lista de exjugadores de la Liga, pero lo alegra y lo ilusiona ver que no se desliga del fútbol.

"Vienen cosas muy buenas", adelantó Gabas, pues trabajará con el español Agustín Lleida, quien renunció al Pachuca para asumir el rol de director de desarrollo de liga menor.

A diferencia de muchos, a él no lo retiran, sino que él mismo fue quien tomó la decisión, al ver que no estaba cómodo, porque jugaba relativamente poco aunque antes estaba acostumbrado a ser una pieza indiscutible en el once estelar.

Gabas entendió que el tiempo no perdona y aunque sentía que aún tenía cuerda para jugar un poco más y ser titular, vestir el uniforme de otro equipo en Costa Rica le resultaba imposible, porque no estaría cómodo al sentir que con eso traicionaba a Alajuelense.

El ahora exfutbolista tendrá su partido de despedida el 25 de julio, probablemente a las 5 p. m. y ya habrá tiempo para definir a quiénes enfrentar, pero adelantó que estarán parte de los hombres que han sido sus compañeros durante todo este tiempo y afirmó que le encantaría ver en la cancha con él al brasileño Marcelo Sarvas y al Cachorro Froylán Ledezma.

Gabas confesó que le habría gustado tener un poco más de chance en la Selección Nacional, pero que en aquel momento hizo un sacrificio, en vista de que si se marchaba al Querétaro de México le ingresaría una buena cantidad de dinero a la Liga.

Así lo entendió, escuchó a los directivos del momento y se fue, si bien eso significaba que al salir de Costa Rica se alejaba de la Tricolor.

Con sinceridad, dice que no se arrepiente de eso, así como que lo enorgullece saber que se va con la frente en alto.

Dijo que los técnicos que más lo marcaron fueron Javier Delgado, por abrirle la mente y hacerle ver que tenía que estudiar, ya que el fútbol no era para siempre, así como Óscar Ramírez, el entrenador que lo potenció al máximo.

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Sobre los rivales, afirmó que el que más lo marcó fue Saprissa, siempre en un marco de respeto, pero que en la cancha disfrutó de todos los clásicos que jugó.

En cuanto a los mejores compañeros que ha tenido en el camerino de la Liga a través de todos estos años, el capitán nombró a Cristian Oviedo, Marcelo Sarvas, Froylán Ledezma y Jonathan McDonald.

—¿Qué momento lo marcó en específico?

De los momentos únicos que quedan en mi mente, están la obtención de la Concacaf del 2004, el ser campeón en 2010 después de una sequía de títulos y hacer el gol en el último minuto para el empate y el gol contra el Galaxy. Son tres momentos, que hoy camino por la calle y la gente los sigue recordando. Eso me deja tranquilo porque años después se seguirá recordando y eso es bueno.

—¿Cómo quiere que sea el partido de despedida, ha pensado en exfiguras o contra qué equipo?

Lo he estado hablando con el presidente Fernando Ocampo y con el gerente deportivo Javier Delgado, así como con Sebastián Trigueros y un grupo de amigos. La idea mía es hacerlo con toda la familia liguista, enfrentar a la Liga actual con muchos amigos, algunos de otros equipos, me gustaría tener a algunos de Selección con los que pasamos tiempo juntos.

"Me gustaría contar con varios jugadores que están ahí. De los de afuera me gustaría que venga a jugar Marcelo Sarvas, me encantaría que venga, que estén Pipo (Giancarlo González), (Marco) Ureña, de los que juegan un poquito más lejos y otros más que me gustarían. Ahí les iré haciendo cabeza de cuáles son los escogidos y que me den el privilegio de jugar la última vez con ellos".

—No todos los futbolistas combinan el deporte con el estudio, ¿cuánta tranquilidad le da ver que se acaba el fútbol pero que hay un respaldo académico para una nueva vida?

Terminando la conferencia me tengo que meter a un aula acá, que tengo un curso que el presidente me invitó. Me he preparado, hoy los títulos creo que están de más si sos una buena persona. Si dentro de tu carrera futbolística fuiste un tipo que podés salir con la cabeza bien en alto y que no le debés nada a nadie y que fuiste alguien que actuaste bien, son muchas las puertas que se abren.

"Defendí lo mío, pero no termino con divisiones ante cualquiera. Todo lo hice dentro de un campo de juego y afuera aunque no terminé haciendo amigos de otros equipos, siempre me he manejado a la altura. Puedo decir que me voy con la cabeza en alto de que representé a este deporte, a esta institución como un buen tipo".

—Ahora los jugadores de fútbol cambian de camiseta a cada rato, es normal y no es malo, pero en el caso suyo, ¿qué le provocó jugar tantos años con la camisa de la Liga?

Yo creo que el compromiso con la gente. Yo desde esos días que me tocó llegar un diciembre de 2003, fui presentado en Alajuelense, estaba Álvaro Vega y un montón de gente que trabaja en el club y estuve muy cerca y se me hacía difícil, hasta las salidas a México se me hicieron difíciles.

"Salí en ese momento más por las necesidades que tuvo el club y el beneficio que nos representaba a todos. Casi 400 partidos con esta camiseta no es fácil y si me iba a otro club creería yo que le estaba fallando a mucha gente que había confiado en mí, que se sentía representada, la afición, la misma Doce".

—¿Cuándo toma la decisión?

Yo había hablado con Fernando y con Javier de que cuando empezara a no tener la regularidad que yo pretendía, obviamente que se estaba acercando el fin. Al ser un jugador tan recurrente, tan regular, con tanta presencia y el hecho de que en tres, cuatro o cinco partidos no sea partícipe ni uno o dos minutos, y con esto no pongo excusas de ningún entrenador que esté a cargo, sino que vos mismo decís que no me quiero retirar como un jugador desgastado.

"Simplemente decir hasta acá, sabiendo que puedo seguir jugando, pero me lo impedía. Las últimas veces que arreglé un contrato con Fernando, o con Raúl (Pinto) y con Rafael Alfaro y Rafael Ortiz, siempre ha sido en segundos el ponerme de acuerdo. Podía llamar más el tema de la camiseta que el de una remuneración, así que fue rápido el decidir el camino a seguir".

—¿Cuándo será el partido de despedida?

El 25 de julio, estamos definiendo el horario, pero es posible que sea a partir de las 5 p. m., es un día feriado y bueno, creo que va a ser una fiesta para el liguista porque se cumplen ese mismo día 31 años de haber ganado el primer título de Concacaf, así que habrá homenajeados. Me gustaría que aparte de mi persona, esa gente que nos representó de una manera tan alta con los colores a nivel internacional".

—Hay jugadores que dejan huella en un equipo y usted es uno de esos, ¿cuál es el principal legado que usted le deja a Alajuelense?

Creo que siempre he salido a dar la cara, creo que eso es lo que la gente pretende. Se perdía un partido trascendental y salí a dar la cara, se perdía un clásico y salí a dar la cara. Se perdía una final y yo era uno de los primeros en decir que perdimos y nos equivocamos y la gente valora eso, que el jugador no se esconda, que ante cualquier situación ponga el pecho y pueda salir.

"La gente vio eso y creo que uno se vinculó mucho en la parte social y eso fue una de las cosas que el fútbol me dio. Por ahí se puede decir que el jugador de fútbol anhela todos los años ganar títulos, llevarse reconocimientos y yo hoy me llevo la posibilidad que tuve como jugador de poder alcanzar tantos niños, familias, situaciones límite y poner mi granito de arena para colaborar con el país en ese momento.

"No creo que sea solo de la Liga, eso hace que en los distintos clubes sientan admiración y aprecio por cómo se ha volcado uno en esos momentos, me quedo con eso, con la ayuda social que hemos tenido con distintos hechos que han pasado en el país".

—¿Un técnico, un compañero y un rival que hayan marcado su carrera?

De técnicos tengo 50 y 50. En la parte de mentor, de capacitación, de abrirme la cabeza, de potenciarme mentalmente en estudio y todo es Javier (Delgado). Desde que arranqué libros y a estudiar fue él el que más me inculcó y el otro 50% es para Óscar Ramírez. Creo que en la cancha sacó lo mejor de mí, me potenció, fue un tipo que me hizo ver muchas cosas, me preparó para seguir ganando títulos y lo conseguí. Esos son los dos técnicos que me gustarían que estén ese día.

"A Javier le pregunté que si estaba para (jugar) cinco minutos y me dijo que estaba complicado, pero sí quiero tenerlo en el banco de suplentes con Óscar. Un rival, Saprissa. Un equipo sería Saprissa, porque yo siempre les digo a los chicos que esos son los partidos que te potencian, para bien o para mal.

"Si vos jugás bien, si te mostrás, si ganás crece tu legado y si no jugás bien, por ahí no crece tanto. Saprissa siempre ha sido el rival que he tenido entre ojos y que lo he disputado dentro de la cancha, pero lo he respetado afuera, siempre. Un compañero... Tengo muchos, en distintas épocas. La amistad con Cristian Oviedo siempre fue buena, hemos ganado muchas cosas y con Marcelo (Sarvas).

"Con Jonathan McDonald tengo una amistad, con Froylán el Cachorro Ledezma que me encantaría que esté en la despedida también, otro que me marcó en mi llegada. Han sido muchos jugadores en 14 años, pero creo que esos son los que me marcaron mucho".

—¿Qué significó nacionalizarse para jugar con la Selección Nacional y jugar dos partidos?

Fue un privilegio y por eso cuando me hablan de la Selección sé que no es un equipo, que es un país y entonces tengo un respeto enorme y me hubiera gustado seguir, pero justo para esa época era la Selección o el Querétaro de México y entonces Raúl Pinto, Aquiles Mata y Tomás Guardia en ese tiempo veían en Querétaro una posibilidad.

"Era un dinero elevado, era un jugador de 30 años, no era fácil y las ganas de ellos eran muchas de que yo pudiera salir por una venta como la que se dio en ese año y ahí me corté el proceso que traía de Selección. Sin embargo, no me arrepiento de nada, hice lo que me vino a la cabeza, lo que sintió mi corazón y le deseo lo mejor a la Selección y al país en sí".

—A nivel de títulos lo ganó todo con la Liga, pero ¿hubo algo que quedara pendiente?

No, gané todo, me habría encantado ser un jugador que gane dos veces Concacaf porque era el único de esta planilla actual que había estado esa noche en la final del 2004. Cuando perdimos contra Impact fue uno de los partidos que más me dolió, porque estábamos ahí a una final, en ese tiempo que fue con América.

"Ese es el título que no es fácil y que se ha hecho muy difícil para un equipo costarricense de llegar y ganarlo y haberlo ganado dos veces me habría marcado mucho. A nivel de Selección habría anhelado más participación, sobre todo haberme quedado y jugar más porque Jorge Luis Pinto me venía citando y los ciclos se estaban dando, el hecho de ir a México me hizo volver a tener que ganarme un lugar, competir y eso me quitó el ritmo de fútbol".

—¿Se ve como entrenador en algún momento?

No me llama mucho la atención porque uno como jugador puede dar el mejor potencial en el campo de juego, es decir, podés decidir por vos. Como entrenador tenés que explicarle a 25 cabrones qué decir y que te vaya bien y si no te va bien en tres partidos empiezan a gritar 'Fuera Gabas' (ríe)... Entonces es un tema difícil, muy complicado y creo que mi preparación se enfocó hacia otro lado. No digo que no, pero hoy por hoy no está en la cabeza".

—¿Cuál es su sentimiento ahora, porque a partir de ahora es una nueva vida?

La sensación es de nostalgia, porque arranqué en un país, en Argentina, hice las divisiones en Newell's Old Boys, después salté a Necaxa, hay gente que ha estado atrás, que me ha mandado mensajes, en estos 28 años de carrera, primero amateur y después profesional. Así que viene el día siguiente del retiro, de ser un exjugador de fútbol, se van abriendo puertas para hacer otras cosas que ya vienen de camino.

"Seguiré siendo liguista, seguiré yendo al estadio a apoyar al equipo, mis hijos por obligación necesitarán entrar al camerino después de los partidos porque es algo que los vuelve locos. Buscaré a un secuaz que los meta y los cuide porque el papá ya no va a estar, pero ahí tenemos a varios amigos que los cuidan cuando ellos entran".