Fútbol Nacional

Opinión: Voces del fútbol

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El locutor y comentarista colombiano Andrés Salcedo -voz entrañable para todos los que veíamos los partidos de la Bundesliga transmitidos por Transtel, allá en la segunda mitad de los setenta y comienzos de los ochenta- acuñó una variedad de motes bélicos para designar a algunos jugadores: “Escopetita Milss”, “Locomotora Bonhof”, “Pata de palo Zimmerman”, “Policía Kuntz”, “Sargento de hierro Schmeichel”, “Bazuca Okudera”, “El espía que vino del frío Nafvaigt”, “D´Artagnan Linden”, “Tractor Dremmler”, “Monsieur cien mil voltios Reuter”… Otros motes eran menos guerreristas: “Caperucita roja Rummenigge”, “Mao-Mao Breitner” (motivado por la filiación política maoísta de este jugador), “El porompompero Voller”, “El boricua Magath”, “El caballito Konoptka”. Su ingenio era inagotable, como ejemplar su simpatía -que bien harían en emular los comentaristas argentinos de Fox Sports y los mejicanos que persisten en infligirnos su anacrónico supremacismo durante las eliminatorias mundialistas de la Concacaf-. En alguna oportunidad lo trajeron para que comentara la vuelta ciclística a Costa Rica. Era una voz “con “ángel”, un modelo de locución: ni un ápice de pomposidad o de pretensión, no dictaba cátedra sobre el deporte desde el micrófono, se limitaba a narrar, con inmenso sentido del humor y perceptible bonhomía, lo esencial de los partidos o de la vuelta ciclística.








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