EscucharLa legión tica en el exterior se desangra y la razón es comprensible: hay que correr para ponerse en forma porque el riesgo de perderse el Mundial es grande y sería una locura.
La modesta liga criolla acoge a sus estrellas –parecen ex, más bien– como el padre del pasaje bíblico le reabre la puerta al hijo pródigo porque solo él puede hacerlo por un lazo de sangre.
De esta manera, el Clausura se va llenando de nombres impensados un par de años atrás: Christian Bolaños, Johan Venegas, Ariel Rodríguez, Michael Umaña y, por qué no, Júnior Díaz y Yendrick Ruiz.
La necesidad es tan grande que si el Betis regresa a Campbell al Arsenal por su lesión recurrente, podría aterrizar entre nosotros y deleitarnos con esas joyitas patentadas por su zurda.
¿Qué importa resignar unos miles de dólares por un semestre si la inversión compensará la merma de capital con una Copa del Mundo que, en el caso de Bolaños y Umaña, serviría como puntada final de su carrera?
La MLS estadounidense es una liga irónica porque inyecta capital estratégico a la economía de nuestros jugadores para asegurarles el futuro, pero los seca para la alta exigencia internacional, con honrosas excepciones –Kendall Waston, por ejemplo–.
Eso tiene que ver con la calendarización de su temporada, que debe abrirse un hueco en una agenda en donde tienen prioridad de paso el béisbol, el baloncesto y, por supuesto, eso que llamamos futbol americano.
El mensaje lo leyó muy bien Johan Venegas, enrolado en medio de la polémica al Saprissa en condición de préstamo porque el Minnesota United no lo tiene entre sus planes y eso equivaldría a quedarse sin Mundial.
El Cachetón –por bautizo de Mario McGregor- fue un anónimo caminante del tiempo en la Sele en 2017, con un rendimiento pobre y un estado físico deplorable en un profesional.
Eso convirtió al relevo favorito de Óscar Ramírez en un fantasma enemistado con su desequilibrio con gol, que llegaba a los partidos para instalar en festejo en la grada casi por decreto.
Quedan aún en suelo estadounidense David Guzmán –Portland Timbers–, Ronald Matarrita y Rodney Wallace –New York City–, Marco Ureña –San Jose Earthquakes–, Waston –Vancouver Whitecaps– y Francisco Calvo –Minnesota United–.
No les extrañe si otro hijo pródigo recala en filas de uno de nuestros equipos y, sin reparos, veremos un nombre ilustre en cartelera, sin importar si presta servicios al modesto pero, sorprendente líder de inicio de torneo, Carmelita.
¡Qué carajo!, que un mundial bien vale un semestre de incomodidades, jornadas de miércoles y domingo, canchas de todas las raleas y salarios quizá “simbólicos”.
