Opinión: Pinto, Midas y Damocles

A partir del mito, la expresión “es como el rey Midas” se refiere a la persona que obtiene el éxito económico en los negocios que emprende y, en el caso del fútbol, a aquellos bendecidos con el poder de triunfar donde sea que estén.

¿Es el caso de Jorge Luis Pinto, campeón de liga en su natal Colombia, Costa Rica, Perú y Venezuela, además de cuartofinalista con la Tricolor en Brasil 2014?

Dicen que todo don lleva intrínseca alguna maldición, y en el caso de Midas fue no poder comer, puesto que los alimentos que procuraba se transformaban en oro al mínimo contacto.

Pinto tampoco pudo degustar demasiado tiempo las mieles de su triunfo con la Sele , tras romperse la relación con dirigentes, jugadores y compañeros del cuerpo técnico, incluido su supuesto gran amigo y compatriota, el sociólogo Jaime Perozzo.

Nadie le puede quitar sus méritos, que son enormes, como tampoco se puede negar que sus vínculos con quienes lo rodean suelen ser tensos, polémicos.

Hasta ahora, le duela a quien le duela, Pinto se las ha ingeniado para salir avante en la balanza logros vs. controversias (calidad profesional vs. temperamento difícil). Hoy, con Honduras, nuevamente libra la batalla.

Aunque conquistar alguna medalla, de cualquier metal, habría sido glorioso, por sí sola la clasificación de la Sub-23 catracha a las semifinales olímpicas ya lo convirtió en un histórico de la H .

Sin embargo, el travieso Dionisio parece ensañarse con él, pues ahora lo colocó, como a Damocles, frente a un suculento banquete (el boleto a la hexagonal de Concacaf), pero le colgó una filosa espada sobre la cabeza, sostenida por un único pelo de crin de caballo.

Habrá que ver cómo cierra la cuadrangular 1 de Concacaf hacia Rusia 2018. México ya se clasificó, así que, con cuatro puntos, Honduras disputa la última plaza con Canadá (4) y El Salvador (2).

Está obligado a derrotar a los canadienses el 2 de setiembre en San Pedro Sula... porque visita a México el 6, mientras que Canadá recibe a los cuscatlecos. Así las cosas, ¿cómo le irá a Pinto? ¿Disfrutará los manjares o le caerá la espada? Hagan sus apuestas.