Me han preguntado con frecuencia si la actuación de Costa Rica en Brasil 2014 es la mejor de la Concacaf en la historia de los campeonatos mundiales. Quisiera poder decir que sí, pero sería mentir. Es la segunda mejor: nos supera México, con su rendimiento en el mundial celebrado a domicilio en 1986.
En primer lugar, puntualicemos que el desempeño de México anfitrión en 1970 no cuenta. Solo participaban 16 equipos, de modo que por superada la primera ronda, se aterrizaba directamente en cuartos de final, y de toda suerte, ahí fueron masacrados 4-1 por Italia.
Pero en el segundo mundial “mexicano” el equipo hizo un papel decoroso. Cierto: “cayó” en un grupo sospechosamente fácil: Irak, Paraguay y Bélgica. México derrotó a Irak 1-0, a Bélgica 2-1 y empató con Paraguay 1-1 (penal botado por “míster simpatía”, Hugo Sánchez). En octavos de final vencieron a Bulgaria 2-0, con el golazo de bicicleta de Negrete, que hubiera sido el tanto del mundial si Maradona no hubiese firmado su obra maestra contra Inglaterra. En cuartos de final, México empató con Alemania 0-0, y los germanos se impusieron por penales. Así que México jugó cinco partidos: ganó tres y empató dos. Costa Rica, en 2014, llegó también a cuartos de final y jugó cinco partidos, pero ganó dos (Uruguay e Italia) y empató tres (Inglaterra, Grecia y Holanda). Así que, en igualdad de posiciones (cuartos de final, invictos en ambos casos), México se lleva la palma por mejor puntaje.
Ahora bien: los rivales de México en 1986 no pueden compararse con la seguidilla de campeones mundiales que a nosotros nos tocó derribar en 2014. Desgraciadamente, ese tipo de consideraciones no cuentan en materia de estadísticas, y hemos de admitir que México, en 1986, tuvo el mejor rendimiento que la Concacaf ha exhibido en la historia de los campeonatos mundiales. Pero ya volveremos a los campos de batalla, y siempre tendremos la posibilidad de reescribir la historia.