Fútbol Nacional

Opinión: Hay fracasos más hermosos que la victoria

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Todo el mundo recuerda a los equipos que han quedado campeones. Es una de las consecuencias naturales de haber ganado un campeonato. Mucho más misteriosa y reveladora es la manera en que recordamos a ciertos equipos que no fueron campeones, pero dejaron en nuestras almas una impronta más honda que los monarcas. No son “campeones morales”, o “campeones sin corona” -nociones en las que no creo: campeón solo hay uno-. Son, simplemente, equipos que se hicieron querer en la cancha, que se robaron nuestros corazones, y que recordamos con una sonrisa entre jubilosa y nostálgica. Sentimos que debieron de haber sido campeones, que su fracaso fue una injusticia, y esto genera una tensión que es al mismo tiempo deliciosa y dolorosa en nuestra conciencia.








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