Paulo César Wanchope tenía muy clara la crisis económica que atravesaba Cartaginés, él mismo indagó y le manifestaron las penurias del club, también conocía los problemas administrativos y las limitaciones para armar un plantel; aún así aceptó y tomó una brasa caliente.
Sus exigencias de contar con una planilla al día con los salarios, tener fichajes de más peso y aspectos extra como alimentación para los futbolistas, pretemporada de una semana en un hotel, fogueos internacionales y un equipo GPS eran casi absurdas, en un equipo en caída libre en lo financiero. Aún así, le cumplieron en algunos rubros y de igual forma le quedaron mal con los pagos a tiempo al plantel.
Es una realidad que lo primordial era no fallarle a nivel salarial, tanto a él como a sus dirigidos, algo justo para cualquier trabajador. Sin embargo, si su salida se fundamenta en esto, queda muy mal posicionado, la imagen que da es de abandonar el proyecto que él inició y que tanto defendió como un proceso.
Cartaginés le dio a Wanchope la oportunidad que tanto buscaba como técnico y que pocos le brindaron en el fútbol nacional hasta ahora. El club confió en él, en su modelo de juego y en la propuesta integral que expuso, al punto de firmarlo por dos años y darle peso a sus decisiones.
Los brumosos le permitieron ganar protagonismo en el banquillo, en su corta carrera como DT, pero en las primeras de cambio dejó el barco a la deriva, con Luis Fernando Fallas incluido. La estela que queda es de incertidumbre y dudas en los centenarios.
Llegó a la Vieja Metrópoli el 25 de abril, no estuvo al frente del equipo ni cinco meses, únicamente dirigió 10 partidos y sus números no son nada alentadores. Ganó un compromiso, empató seis y perdió tres, para un pobre rendimiento del 30%. Estos resultados tienen al equipo en noveno lugar, a solo tres unidades del último de la tabla y con un mar de dudas alrededor del futuro deportivo del plantel.
Más allá de la indemnización que puede pagar el Team por arrebatárselo a los brumosos y el que enviaran a Kenneth Dixon a préstamo por un año surgen una serie de preguntas que no tienen respuestas claras.
¿Qué pasará con los 13 jugadores que contrató para el Torneo de Apertura 2018 y que se adaptaban a su esquema de juego? ¿Quién asumirá ahora a un club con problemas financieros y deportivos? ¿De qué servirá el modelo de jugar bien si no soportó ni un semestre y apenas dio un gane? ¿Cómo queda el plantel al ver salir a su capitán?
También salta a relucir otra gran incógnita: ¿A cambio de que la directiva apoyó al técnico que recién llegaba en su polémica decisión de descartar al referente Rándall Brenes y llevarlo al retiro?
A mi memoria viene de inmediato aquella primera conferencia de Wanchope como blanquiazul. Prometía hacer equipo, reestructurar la liga menor, pelear clasificación y le recalcó una y otra vez a la prensa que en Costa Rica se debía creer en procesos y aprender que es la mejor vía para alcanzar el éxito. Simplemente palabras que se quedaron sin sustento.
“Vengo con todas las energías para ayudar a este club a superar todo obstáculo. En los problemas es donde viene la virtud. Es donde uno trata de encontrar la vía para alcanzar los objetivos. Hemos decidido venir acá porque hay pilares importantes como la afición que siempre apoya. Nos gusta, es un reto lindo”, señaló en aquel momento.
Firmó por cuatro años prometiendo una revolución en Cartaginés, pretendía hacer algo totalmente distinto, que potenciaría por completo con un proyecto serio y bien fundamentado. Ahora, ¿qué pasará con todo aquello que en el papel se leía muy bien y no pasó para los aficionados brumosos?
Nuevamente desilusión para los seguidores blanquiazules, amargura y más penurias en un momento caótico. Paulo César no completó ni la primera ronda en su torneo debut, no estuvo ni un semestre en el equipo y ahora defenderá otra camiseta, casualmente y para que más le duela a los centenarios, la de Herediano.
La última inquietud que me surge es, ¿qué pensará la directiva de Cartaginés? Negociar en condiciones adversas no es negociar, más allá de obtener el beneficio que quieran exponer, llegaron a la reunión perdiendo y salieron de la misma forma ante los astutos dirigentes florenses.