Opinión: Cartaginés, llegó el momento de dejar de conformarse

La decisión del presidente brumoso de desprenderse del cubano por $150.000 y aferrarse a ese monto, sin brindar posibilidad alguna de negociar, me parece acertada y valiosa para el club.

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Si el delantero Marcel Hernández le perteneciera a Herediano, ¿alguien andaría diciendo que le ‘sirve’ a Saprissa, o que la Liga lo necesita para reforzar su ataque?

No, nadie ni siquiera especularía sobre tal posibilidad.

Sucede lo contrario hoy en día, cuando decenas de aficionados colocan al futbolista en un equipo u otro, como si Cartaginés no fuera 'suficiente' para merecerlo.

La decisión del presidente brumoso, Leonardo Vargas, de no soltar al cubano por menos de $150.000 y aferrarse a ese monto, sin brindar posibilidad alguna de negociar, me parece acertada y valiosa para Cartaginés.

No solo se trata de sostener al mejor extranjero del torneo, lo que incrementa las posibilidades de que el club blanquiazul clasifique y pelee por el título.

También lanza un mensaje que no debería ser esporádico y, por el contrario, tiene que convertirse en una realidad para los brumosos de ahora en adelante: pueden competir.

Hasta hace algún tiempo, los mejores talentos jóvenes los acaparaban Saprissa y Alajuelense, pero ahora miro los prospectos blanquiazules y son tan buenos, o incluso mejores, que algunos de los futbolistas que han subido morados y manudos a su primer equipo.

Christopher Núñez, Ronaldo Araya, Daniel Chacón o Esthuar Dávila son talentos que pueden consolidarse y, de acuerdo a su progreso, aspirar al fútbol internacional.

Tampoco tienen que envidiar nada en el banquillo, dirigido en la actualidad por un técnico ganador como Hernán Medford, que posee un currículum superior al de los entrenadores de los otros grandes.

Cartaginés debe dejar de verse a sí mismo como la última opción. Es importante que exista un convencimiento interno de que poseen un proyecto sólido que ya no permite las mediocridades del pasado.

Sostener a Marcel es justamente eso. Para cambiar la cultura deportiva de un club es necesario hacer cambios visibles y claros. Decirle no a todo aquel club que quiera llevarse a Marcel por menos de lo que vale, es un primer paso.

El siguiente será conseguir clasificaciones consecutivas a las fases finales (ya lograron la primera), estabilizar el banquillo y apostar por un proceso de mediano plazo, consolidar a los jóvenes y luego empezar a vender su fichas al exterior.

Un proyecto sólido y concreto es lo que necesita Cartaginés.

Con una buena planificación deportiva, que incluye una alta repercusión de la cantera, acierto en las contrataciones de nacionales y de extranjeros (esto es clave), se puede competir sin exceder los gastos.

Básicamente, dejar el conformismo atrás.