El lunes en la tarde, el Proyecto Gol fue el escenario donde la futbolista costarricense Noelia Bermúdez volvió a sentirse de la forma que más disfruta: siendo portera.
La guardameta de 24 años se quebró el antebrazo (fractura de radio y cúbito) el 5 de octubre, durante el Premundial femenino. Los gritos de dolor dejaron en evidencia que se trataba de algo grave.
Al día siguiente ingresó al quirófano y empezaron meses de recuperación. Cuando se cumplieron tres meses y un día, la jugadora volvió al césped.
Algo tan sencillo y que era parte de su rutina se convirtió en una emoción por lo que estaba esperando desde el momento en que abandonó el hospital.
“(...) Volver a ponerme los guantes y volver a sentir esa sensación de entrenar como portera de verdad fue muy satisfactorio. Me ilusiona para lo que queda de recuperación”, mencionó Bermúdez.
Asegura que durante la práctica también fue como acostumbrarse otra vez, pues evidentemente está fuera de ritmo y percibió la mano un poco tiesa.
"Hice más trabajos de los que pensé, fue con guantes y tacos en cancha completamente. Remates al cuerpo, centros y cosas así, caídas solo del lado derecho porque por el lado izquierdo aún no puedo caer. La mayoría de trabajos de portera los pude hacer", contó satisfecha.
Dos placas y 14 pines son su mayor recuerdo de la primera operación a la que se ha tenido que someter en su carrera.
Desde hace un mes, cuando comenzó a trotar, sentía "que había algo" dentro del brazo, "algo que se movía", pero poco a poco ha ido acostumbrándose a esa sensación.
Durante el proceso de recuperación tuvo altibajos, pero Bermúdez se percibe muy positiva, sobre todo porque asegura que el tiempo se le pasó rápido.
“En una recuperación uno encuentra las personas para aprender a confiar en ellas y que lo ayuden a uno, mi fisioterapeuta ha sido muy importante. Los días que yo me siento más cabizbaja, ella se encarga de hacerme ver las cosas y que esta etapa de recuperación está por acabarse”, agregó.
Noelia pertenece al equipo de la Universidad de Costa Rica y su plan es seguir vinculada a esta institución. Su regreso no tiene fecha, se habla de mes y medio más, aunque dependerá de cómo reaccione a los entrenamientos.
"Me falta fuerza en el brazo, ayer (lunes) hubo una acción en la que apoyé el brazo en el césped y noté cierta molestia, es parte de volver a adaptarme. Ahora tengo dos placas ahí y tengo que saber que debo jugar con eso".
Mientras tanto sus manos han trabajado más en una escuela de gastronomía, donde estudia para ser chef pastelera.
“La cocina es algo que siempre me ha gustado, desde hace tiempo quería prepararme en ese sentido. Ahora en setiembre empecé y me gustaría dedicarme a eso y al deporte toda mi vida”, comentó la también entrenadora de porteros en la academia de Barcelona en Costa Rica.