Necesidad impulsa a Saprissa a convertir delanteros y centrales en laterales

La nueva camada de morados tiene seis futbolistas con capacidad para jugar como laterales, cuatro son derechos y dos izquierdos

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De los 18 jóvenes que Saprissa proyecta para su presente y futuro, seis son laterales, una cifra nada despreciable, sobre todo si se toma en cuenta su necesidad en los últimos tiempos.

Precisamente, la falta de futbolistas en esa posición “obligó” a la institución a convertir a extremos y centrales en laterales.

Enrique Rivers, director de divisiones menores del Monstruo, explicó que también es algo cíclico. Es decir, en otras épocas también ha habido escasez de centrales o volantes creativos, por poner un ejemplo.

“En este momento lo que pareciera es que no hay (laterales) de forma regular. Estamos enfocados en reubicar jugadores que sirvan al club, cumpliendo funciones que permitan que el estilo de juego pueda evolucionar”, comentó.

En el Apertura 2020 quedó reflejada parte de la intención de los tibaseños por darle rodaje a jóvenes en esa posición. Incluso, Jordy Evans apareció para ocupar el puesto de lateral derecho en un momento en que el club lo requería.

La posición “natural” de Evans es central. Según Rivers, ahí es donde tiene su mayor potencial, pero ante la urgencia durante el certamen, ocupó la banda, donde cumplió con buena nota.

También está el caso de Atim Rooper, quien hoy es lateral derecho, pero en realidad empezó siendo extremo.

Lo mismo vivió José Carlos Jiménez, joven de 17 años que aún no debuta en Primera División. Él jugaba de delantero por la izquierda y lo convirtieron en lateral por ese mismo costado.

Mathew Bolaños jugó mucho tiempo como central, hasta 2019, cuando Vladimir Quesada lo utilizó de lateral en la Selección Nacional. La idea de Saprissa es la misma, como ya lo hizo Paté en el torneo anterior, aunque apenas fueron 64 minutos.

La banda derecha es donde hay más opciones, pues también están José Gabriel Carvajal y Sergio Céspedes.

“Hemos ido adaptando a algunos jugadores de acuerdo a las necesidades del club y cambiando jugadores de posiciones. José Carlos también era extremo derecho, lo terminamos ubicando como lateral derecho para que sus características le sirvan al equipo a partir de transiciones defensa-ataque”, añadió Rivers.

Asimismo, explicó que existe una razón fundamental para poder hacer estas variantes en ellos.

“Pensamos que es más sencillo enseñarle a un jugador a defender que enseñarle a atacar, lo vamos reubicando, dando estilo y filosofía. Necesitamos jugadores con buena técnica, que permita la evolución del juego que estamos proponiendo”.

Por ahora Saprissa solo tiene en el puesto de lateral derecho a Ricardo Blanco, de 31 años. En su ausencia ha jugado Aubrey David y ahora Evans.

Del lado izquierdo el titular indiscutible es Luis José Hernández, quien no tiene nadie “encima” luchando por ese puesto. Hernández, de apenas 22 años, ha dividido a la afición en su paso por la S.

Esa carencia no es solo de los morados. Geovanny Alfaro, técnico nacional con experiencia en ligas menores, considera que en este momento la posición de lateral es una de las deficiencias del fútbol de Costa Rica.

Alfaro apunta a dos de las razones que podrían existir.

“Es un poco genético, pasa por las características de los muchachos. Es de épocas. También cuando están de moda jugadores como Messi y Ronaldo, los jóvenes intentan copiar esos modelos. Últimamente no ha habido laterales como Roberto Carlos o Cafú”.

Adrián Leandro, técnico dedicado a divisiones menores, también resalta la importancia de tener el material para “transformar” a los jugadores en lateral. Pero al igual que Rivers, concuerda en que será siempre más sencillo enseñar a defender que atacar.

Además, señala como no menos determinante la idea con que trabaje el cuerpo técnico del club, cualquiera que este sea.

“Cuando no hay laterales o por la banda, entonces se puede aprovechar a un jugador que es totalmente ofensivo. Ya saben ir al ataque y para eso se buscan, entonces les enseña a defender para el momento en que el equipo juegue línea de 3 o 4. Cuando se juega línea de cinco es diferente, porque no suben casi que para nada”, agregó.