Sí, el glorioso equipo morado, Saprissa, se tambaleó en tierras nicaragüenses en su encuentro contra el Real Estelí, en el que perdió 1-0. Este resultado inusual nos recordó un episodio que quedó grabado en la memoria de los morados y manudos: la derrota de Alajuelense ante el Diriangén en 1997, gesta que inmortalizó el cántico de la Ultra Morada que suena en cada clásico: “Perdiste en Nicaragua, vergüenza nacional”.
Pero, viajemos hasta junio de 1997. El Diriangén se enfrentaba al Alajuelense que en aquel entonces era campeón en Costa Rica y contaba con siete seleccionados nacionales en sus filas. Sin embargo, ese día, la historia dio un giro inesperado, Alajuelense cayó 3-2 ante el equipo nicaragüense, marcando un hito del fútbol nacional y, según la nota de La Nación titulada: “Vergonzoso e histórico”, fue el resultado más humillante en la historia del fútbol tricolor. ”El club manudo es el primer equipo costarricense que pierde ante uno nicaragüense en un torneo oficial. Este resultado es el más humillante que registra la historia del fútbol tricolor”, citó el periodista.
Es crucial comprender que la comparación entre aquel episodio y la reciente derrota del Saprissa es injusta. El fútbol nicaragüense ha experimentado un notable avance en las últimas décadas, como lo destacó el presidente de la Concacaf, Victor Montagliani en declaraciones recientes: “El crecimiento de Nicaragua en los últimos tres, cuatro años es un éxito; es un éxito no solo para Nicaragua, sino para la Concacaf”.
Los equipos nicaragüenses de hoy no son los mismos que los de hace 26 años. Han crecido en calidad y competitividad. Ejemplo de esto es que en el 2020 Herediano también perdió contra el Real Estelí en el Estadio Nacional 0 a 1 y también fue eliminado de la Liga Concacaf por el mismo equipo.
Como morado, está claro que perder duele. El Saprissa, sin lugar a dudas, siempre se enfrenta a una presión implacable para ganar, independientemente del rival. No obstante, es esencial considerar que el contexto, las condiciones y la calidad de los equipos nicaragüenses han evolucionado, y esto se refleja en el campo de juego.
A los saprissistas nos encanta la historia (porque la tenemos) pero los acontecimientos históricos deben ser apreciados en su entorno y lo de “vergüenza nacional” por lo sucedido en ese partido no funciona como sí funcionó en el 97, dado el crecimiento del fútbol nicaragüense que es cada vez más competitivo. Asimismo, es fundamental reconocer la preocupante tendencia a la baja en el crecimiento de nuestro fútbol en los últimos años, especialmente en los torneos de la Concacaf, en que el Deportivo Saprissa, como principal representante de Costa Rica, refleja la situación actual de nuestro fútbol nacional.
Tampoco podemos subestimar el mérito del Real Estelí y su notable progreso en los últimos años. Este equipo logró vencer al Herediano en el año 2020, posteriormente lo eliminó de la Liga Concacaf en 2022, y ahora consiguió una victoria frente al Saprissa.
En este punto, no estoy enfocando mi argumento en analizar el desempeño del Saprissa, su planteamiento de juego, si podría haber jugado mejor o tener varias figuras lesionadas. Tampoco la destacada actuación del portero nicaragüense. Mi enfoque se centra, en cambio, en destacar la relevancia y el peso de ambos eventos deportivos.
En fin, la derrota del Saprissa ante el Real Estelí no puede ser equiparada con el episodio de Alajuelense en 1997. El fútbol es un deporte en constante evolución, y las circunstancias actuales son distintas.
El autor de esta columna es jefe del departamento audiovisual de La Nación, pero escribe a título de aficionado al Deportivo Saprissa.