Al calor de una casa que le sienta cada vez mejor, Liberia consiguió ayer tres valiosos puntos para alejarse cada vez más del descenso que lo amenaza.
Con 21 unidades, tres más que Belén y a cinco de Pérez Zeledón, ya comienzan a respirar tranquilos, aunque el calendario juegue a favor de los rivales.
Tal condimento de desesperación hizo que los liberianos se repusieran de un 0-1 en contra en el primer tiempo, y le complicaran al Cartaginés las opciones de clasificarse.
La urgencia y posibilidad de los visitantes por meterse en los puestos de clasificación le dio al partido un toque de intensidad en el arranque, en el que la batuta la llevaban los brumosos.
Claro, ante los 37 grados de temperatura que había en el Edgardo Baltodano, resultaba difícil sostener aquel rendimiento.
Mas el buen comienzo le permitió a los azules irse arriba en el marcador al minuto siete, cuando Fabrizzio Ronchetti se aprovechó de un balón suelto.
La jugada nació tras un error de René Miranda, quien devolvió la pelota a su portero, Guillermo Moreira, sin percatarse de que el Chiqui Brenes merodeaba.
Ante ello, Moreira se estiró para quitarle la pelota de los pies, con tan mala suerte de que su rechace le quedó a Ronchetti.
Mas la ventaja, en apariencia esperanzadora, se esfumó con un error monumental del brumoso Rodrigo Garita, que le hizo una pésima marca a Brayan Solórzano, al que le dejó libre la banda izquierda; este centró y Mario Camacho, infalible, se agachó y de cabeza puso el 1-1.
Para el complemento, cuando Cartaginés debió mostrar esas ganas de ser semifinalista, fue Liberia el que tomó el control y pronto, al 48’, le dio vuelta al marcador con un golazo de Luis Diego Cordero desde fuera del área. Tres minutos más tarde, el mismo Cordero hizo el 3-1, esta vez con una pelota suelta en el área.
Cartaginés trató, pero su fútbol de pocas luces solo tuvo frutos gracias a Aguilar, quien hizo el 3-2 con un baño, pero no alcanzó para evitar la caída.