En cuatro minutos el Saprissa vio cómo su equipo se desmoronó por la falta de inteligencia emocional de Mariano Torres y Michael Barrantes.
Lo de Torres no es nuevo. Su promesa desde el torneo anterior de “no meterse con los árbitros” quedó en eso... solo en palabras.
Cuando al argentino le muestran una tarjeta amarilla es previsible lo que va a pasar: va a reclamar airadamente al silbatero y le van a mostrar la roja.
Desde su arribo al Monstruo en el Invierno 2016, al suramericano le han mostrado 41 amarillas y tres rojas. Reclamar es lo suyo. Una y otra vez, aunque deje a su equipo diezmado en un partido complicado. Eso fue lo de menos.
Este domingo en el Rosabal Cordero le mostraron la primera en el 24’ y la segunda en el 55’, luego de múltiples reclamos airados a Allen Quirós, quien fue el encargado de impartir justicia.
Posteriormente, otro futbolista que se ganó una amarilla “gratis” fue Barrantes, pues al 55’ le mostraron la primera, en la misma acción de los reclamos de Mariano. Cuatro minutos después, un penal suyo al atacante Yendrick Ruiz dejó al equipo con nueve hombres en el campo.
Las expulsiones pasaron por sangre caliente, pues Barrantes ya estaba condicionado y la infracción fue clarísima. Tanto Torres como Barrantes son de los capitanes del equipo, pero este tipo de acciones los dejan expuestos.
“Debimos tener calma, porque las expulsiones nos afectaron. Esos errores no se tienen que cometer; ahora, levantar cabeza, ir al camerino a hablar y corregir”, admitió David Ramírez
Cuando Mariano se marchó del campo el juego marchaba 2-1, mientras que con la pena máxima ocasionada por Michael permitió el 3-1 del Team.
Ante las expulsiones, Wálter Centeno hizo ajustes: envió al campo a David Guzmán, Johan Venegas y Ariel Rodríguez, pero el partido ya estaba definido.
“Es difícil jugar con nueve hombres, nos expulsaron a dos compañeros muy importantes, nos cantaban el ole, pero es difícil jugar así”, expresó Christian Bolaños
El bloque de la S fue profundo. Claro, Paté quería evitar una goleada en la casa de Don Eladio, pero no le alcanzó porque el juego terminó 4-1.