Las historias de los futbolistas amputados que vivieron un sueño en el juego de despedida de Pablo Gabas

Joshua Santana estuvo en las ligas menores de Alajuelense, pero cometió un error que lo llevó a perder una pierna. Él fue el autor de un gol, mientras que Carlos Madrigal acompañó a Alfonso Quesada en la portería

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Cuando tenía 19 años, Joshua Santana era parte de las ligas menores de Alajuelense.

Como buen delantero, en cada entrenamiento luchaba por el balón con Cristopher Meneses, Luis Miguel Valle y Kenner Gutiérrez. En ocasiones, tenía como socio a Jean Carlos Solórzano.

Sin embargo, admite que cometió un gran error por quedarle bien a algunos amigos: se animó a meterse a un redondel y un toro lo golpeó, por lo que luego de muchas cirugías, los médicos no tuvieron más remedio que amputarle la pierna izquierda.

Ahí se acabó su carrera como futbolista con el equipo rojinegro, pero nació el optimismo y la felicidad.

Este miércoles, Joshua jugó unos minutos con el equipo de amigos de Pablo Gabas, en la despedida de uno de los grandes ídolos liguistas.

Para él, fue una experiencia maravillosa. Fue cumplir un sueño, a estadio lleno, y en su memoria quedará grabado el gol que le anotó a Adonis Pineda.

“Fue una sensación maravillosa, cuando me acercaba al marco, se me hacía más pequeño. Se me vinieron muchos recuerdos y fue maravilloso volver a ver y compartir con mis compañeros en liga menor. Tuve la oportunidad de demostrarle a la gente que visualmente me falta una pierna, pero mentalmente no me hace falta nada, porque nuestra discapacidad la llevamos en la mente”, expresó Joshua.

Su familia ha estado involucrada en el fútbol, pues su tío fue uno de los grandes jugadores del Deportivo Saprissa: Carlos Santana, uno de esos destacados volantes, de exquisito fútbol.

Joshua asegura que aún no puede creer que Gabas lo invitara a su fiesta de despedida, por eso, no se cansa de agradecerle.

“Le dije que muchísimas gracias por darme la oportunidad de cumplir un sueño, que nunca lo iba a olvidar. Cumplí un sueño con una pierna, que con dos no pude haber alcanzado. Marcar un gol representa a muchos amputados en el país, es decirles que sí se puede, porque hay mucha gente deprimida en una cama pues perdió una extremidad. Yo la perdí y tuve una actitud positiva para enfrentar la realidad”, esbozó.

Mientras estaba en la banca y pasaban los minutos, Joshua sentía que no iba a jugar. De hecho, dice que al ver a Froylán Ledezma, Alejandro Alpízar y Rolando Fonseca en el terreno de juego, se preguntaba ‘¿cuándo voy a tener la oportunidad de jugar?'

Pero el momento llegó.

“Cuando el profe Carlos Restrepo me dijo ‘venga, va a entrar’, me temblaba la única pierna que tengo, pero cuando entré, pensé que debía demostrar lo que sé. A veces la gente cree que uno lo hace fácil, pero hay un trabajo que nadie lo ve, a veces uno llora por tanto sacrificio para llegar (para correr con muletas). Pertenezco a Liga Deportiva Alajuelense de Fútbol Amputados y en el 2017 quedé como mejor jugador del año y goleador. He alcanzado más cosas con una pierna que con dos”, apuntó Joshua.

Con orgullo dice tener muy buenas bases, pues tuvo como entrenadores a Mauricio Montero, Wílmer López y Pablo Izaguirre.

“En el 2016 alcancé 20 cirugías; el 11 de febrero de ese año fue mi amputación y dos meses después estaba practicando fútbol para amputados. Si me pregunta cuál vida escojo, digo la de ahora, porque soy una persona completamente feliz”.

Joshua se prepara para el Mundial de Guadalajara, México, que se disputará del 25 de octubre al 10 de noviembre. También lo hace Carlos Madrigal, a quien le falta el brazo derecho y atajó junto a Alfonso Quesada en una parte del juego de despedida de Gabas.

“Alfonso me dijo que soy un gran ejemplo para él y que siga adelante por mis sueños. Me decía que siguiera sus movimientos y que él iba a salir primero y si fallaba, que yo lo cubriera, me daba instrucciones de cómo moverme y cómo tener perspectiva de atajar”, dijo.

Carlos llegó al equipo de la Liga para amputados hace seis meses, y ya es el portero titular.

No recuerda nada del accidente que lo hizo perder el brazo. Cuando despertó, estaba en el hospital y un familia había autorizado la amputación.

“No conocía nada de esta disciplina. Un día venía caminando por la calle y un señor, en un auto, paró y me preguntó si me falta un brazo, pues yo iba con un suéter. Le dije que sí y me invitó al proyecto. Como estaban fuera de temporada del torneo, tuve que esperar algunos meses para que contactaran”, aseveró.

Carlos explica que si a la persona le falta una extremidad superior, debe ser guardameta; si la amputación es de la pierna, debe ser jugador de campo.

En Costa Rica existe una Asociación de Fútbol para Amputados, a la que pertenecen unas 60 personas, entre ellos tres niños y cinco mujeres. Además, hay una liga con cuatro equipos: Real Fortaleza, Club Morado, Liga Deportiva Alajuelense de Fútbol para Amputados y Sin Límites FC.