En los últimos años, uno de los defensores más regulares del campeonato nacional ha sido Pablo Salazar y a sus 36 años aún se ve lejano que deje los terrenos de juego.
Salazar es un comprometido con su carrera deportiva y tiene la firme convicción de seguir jugando al más alto nivel con el Club Sport Herediano.
Para estar en tan buen nivel, Salazar ha tenido como clave la alimentación, descanso, trabajo extra y realizar sacrificios importantes para mantenerse a gran nivel.
“El cuido personal siempre lo he tenido muy presente y la exigencia día a día. La exigencia conmigo mismo, tratar de estar siempre lo más bajo en los porcentajes de grasa. Yo sé que eso me va a dar para jugar a gran nivel los 90 minutos”, detalló Salazar.
El capitán de los rojiamarillos dio un salto de calidad en su carrera cuando se colocó la camiseta del campeón nacional, luego de haber pasado por Alajuelense, Cartaginés, Liberia Mía y la Universidad de Costa Rica.
Levantarse temprano luego de un buen descanso ha sido primordial en la vida diaria de Pablo Salazar, lo que le ha permitido estar dentro de la cancha la mayor parte del tiempo.
“Hacer el trabajo extra del día a día. Yo llego aquí (Rosabal Cordero) a las 7:15 a. m. a las 7:30 a. m. estoy en el gimnasio y a las 8 estoy entrenando con el equipo. Creo que eso me ha ayudado a estar bien y prevenir lesiones”, argumentó Salazar.
Salazar se cuida mucho con los alimentos, con el objetivo de que su porcentaje de grasa corporal no supere el 11%, pues es un número que tiene fijado en la cabeza para estar a tono en cada jornada.
“El trabajo de mi esposa en el tema de alimentación es muy bueno, más bien cuando ella ve que estoy comiendo más de la cuenta, me jala el mecate. Yo sé que eso es para bien”, destacó el zaguero.
Uno de los pilares importantes que ha tenido Salazar en su carrera ha sido su padre, quien lo orientó a ser un atleta responsable con la profesión que le da de comer a él y su familia.
“Yo también le agradezco a mi papá, porque desde muy joven me prohibió el tema de los vicios. Al día de hoy no ingiero bebidas alcohólicas, mucho menos fumo, me acuesto temprano, descanso bien”, añadió.
Salazar tiene 36 años, pero en la cancha la edad nunca se la ha notado, pues ha ayudado al Herediano a conseguir cinco de los seis cetros que obtuvo desde el 2012.
El defensor aún no piensa en el final de su carrera, pero se pone una meta bastante ambiciosa y es jugar en el centenario del Herediano, que es en el 2021, cuando tendría 38 años.
“No lo he pensado, gracias a Dios siempre he tenido la salud. Yo siempre he dicho que cuando Dios quiera me hago a un lado de esto. Sí me gustaría estar en el centenario de la institución, pero hay que vivir el día a día. Disfruto cada momento, cada partido”, comentó Salazar.
Pese a que no piensa en el retiro, Salazar ya se prepara para su vida fuera de la cancha, en la que se visualiza tanto como gerente deportivo y como entrenador.