Guápiles. ¿Quién dice que solo Saprissa sabe ganar con agonía? Ayer el Ebal Rodríguez de Guápiles fue el escenario de otra estocada en el último suspiro del juego. Esta vez favoreció a Santos.
El trallazo lleno de rencor del delantero Cristhian Lagos al minuto 94 significó el triunfo de los guapileños contra un aguerrido AS Puma Generaleña.
Ese remate del delantero caribeño fue el último suspiro que consiguieron tenerlos los del Sur, tras una serie de llegadas de peligro en los últimos minutos del partido, con los santistas volcados por completo al frente.
“Gol en la ‘Santoshora’” se dejó decir un aficionado eufórico por el tanto que le dio el segundo triunfo del Invierno al Santos.
El orden de As Puma le complicó la vida a Santos, al igual que se la complicó a Saprissa, la UCR y Limón. Pero hasta ahí.
Al equipo generaleño le alcanza para eso, defensivamente va puliendo su línea, pero la inexperiencia le pasa factura.
Ayer consiguió un gol tempranero, tras un remate de Cristhian Bermúdez y el exceso de confianza del arquero guapileño Adrián de Lemos terminó en el 0-1 a favor de los urgidos visitantes.
Desde entonces el equipo local comenzó a nadar contra corriente y contra una muralla generaleña que se mostraba sólida.
Fue un segundo tiempo completamente guapileños, con tímidos asomos generaleños en contragolpe, pero que no terminaron por inquietar más a De Lemos.
Los minutos pasaban y la angustia crecía en la clientela que abarrotó la gradería de sombra y por poco colma la de sol.
El motivo fue que la dirigencia del Santos decidió dar entrada gratis para el juego, en una tarde futbolera que atrajo a la familia del cantón de Pococí a ver al equipo más popular de la zona.
El técnico santista Enrique Meza Jr. consiguió oxigenar sus líneas, y ante el encierro (por momentos mezquino) de los generaleños, envió también a Juan Vicente Solís, para hacer dupla de torres con Lagos en las alturas.
Una, otra y otra ocasión se esfumó, hasta que Ismael Fuentes logró empatar tras un saque de esquina de Mario Víquez. Minuto 60 y el marcador 1-1. Santos creyó.
Luego se vino el vendaval santista, pero la imprecisión de sus delanteros los dejaba sin opciones.
Pero cuando ya todo parecía acabado, llegó una jugada que se sacó de la manga Argenis Fernández, quien tocó para Walter Chévez y un rebote de su remate le quedó en bandeja a Cristhian Lagos. El goleador no perdonó.