Apenas si entrenaban en Limón, cuando tres futbolistas extranjeros cruzaron el país para jugar con Liberia. Al parecer, una empresa canadiense le ofreció los jugadores al club pampero a través de un representante tico.
El presidente liberiano de ese entonces, Julio Salas, recuerda el ofrecimiento, no así el nombre del intermediario nacional; solo recuerda que Liberia le pagaba un monto salarial relativamente bajo a cada jugador, entre $1.000 y $1.500 por mes, y les daba casa.
A cambio, este representante consiguió un patrocinio para el club, que en ese entonces sufría para generar ingresos frescos. Salas cuenta que a los extranjeros les gustaba mucho el calor de Liberia. Se adaptaron rápido al cantón, al clima y la gente.
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Era el portero quien mejor hablaba español de los tres y el que más minutos sumó durante su estancia en La Pampa; no corrió con la misma suerte en el Caribe unos meses atrás, a principios del 2017, cuando se encontraron con un equipo sin espacio para ellos.
Cuenta el dirigente caribeño Noel Ferguson que los internacionales entrenaban con un grado de intensidad muy alto; corrían mucho, nunca se quejaban y su actitud daba gusto. El técnico Horacio Esquivel solía decir que su mentalidad para entrenar era todo un ejemplo.
Aunque en un principio existía la barrera del idioma, se adaptaron rápido. No jugaron prácticamente nada, a razón de un plantel que en ese torneo clasificó y fue protagonista.
"Eran muy amables, dejaron una buena impresión en el pueblo", reconoce Ferguson.
A mitad de torneo, para el Apertura 2017, partieron hacia el Pacífico Norte, donde al menos el que jugaba en la posición de arquero sumó un buen número de minutos. Explica el presidente pampero que cuando le ofrecieron a estos tres europeos lo que pensó fue: "ojalá alguno sea como Davor Suker (croata)”.
A final del Apertura 2017 se fueron sin dejar rastro y este Martes Santo (año y medio después) la Fedefútbol convocó a los clubes de Primera y la Liga de Ascenso a un conversatorio para alertar sobre los intentos de amaño de partidos ocurridos en ambas categorías.
El vicepresidente de la Fedefútbol, Sergio Hidalgo, confirmó que estas alarmas provienen de dos hechos: En Primera, un juego de Liberia en el que, aparentemente, se produjo un intento de amaño relacionado con los jugadores extranjeros. Se desconoce si eran víctimas.
En Segunda, un duelo entre Uruguay de Coronado y Golfito, del presente campeonato. La Nación conoció de una fuente confiable que el jerarca de los lecheros, Freddy Campos, fue quien denunció las aparentes irregularidades.
Luego, el oficial de integridad de la Fedefútbol, William Sequeira, envió una carta a los clubes para ofrecer una charla preventiva sobre el amaño de partidos. El propio Sequeira dijo a este medio que ambos casos ya están cerrados al comprobarse que no se consumó el hecho.
"Se comunican con nosotros y nos dicen que hubo una situación de un contacto con algunos jugadores, pero no lo puedo ratificar", explicó Hidalgo.
Se intentó conocer la versión de Campos, pero el dirigente no contestó las llamadas telefónicas de este medio. Quien si ofreció una corta reacción fue el presidente de Golfito, Roy Téllez, a quien el caso lo tomó por sorpresa y aseguró, lo estudiará a fondo.
“Necesito sentarme y verificar la información para emitir un criterio. Nosotros estamos muy tranquilos”, afirmó Téllez a La Nación.
Aunque la palabra amaño en el fútbol se relaciona con trampa y a la posibilidad de que un jugador influya para que su equipo pierda un partido, el significado es mucho más amplio.
Por ejemplo, que un futbolista se haga expulsar a propósito al minuto 85 de partido, o que, adrede, genere un tiro de esquina al minuto 90, todo a cambio de un monto económico.
Son acciones puntuales que mueven las apuestas deportivas, lo que al final se considera un amaño. Sergio Hidalgo insiste en que es un caso nuevo para todos.
El lunes 22 de abril se hará el conversatorio sobre amaño, con la presencia de los clubes.