El próximo 23 de agosto la Fedefutbol tendrá un nuevo Comité Director. !Pero nada cambiará para bien!
No importa que gane Villalobos o Hidalgo. Uno está condenado por su pasado y ambos por los compromisos con quienes suben al barco con ellos o han puesto los votos para subirlos.
Villalobos seguirá siendo el ex tesorero de la gestión de Eduardo Li, incapaz de evitar los negocios turbios que hizo. Hidalgo será el compañero de fórmula de una oposición con suficiente rabo para no poder acostarse tranquilo.
Es el mismo Villalobos que intento desligarse de Li, pero mantuvo a los mismos proveedores, negoció los derechos de TV con empresas cuestionadas, o que se ha ausentado de dos audiencias en las que se ventilaría su querella contra un proveedor que lo acusó de recibir prebendas.
El auditoraje de la FIFA al mundial sub 17 femenino, dejó mal parado a Villalobos, Sergio Hidalgo, Víctor Hugo Alfaro, pero en realidad debió nombrar a todos los que estaban en el Comité Director, incluyendo a Jorge Hidalgo. Su pecado: dejar hacer o no ver la sangría de dinero inexplicable, a favor de proveedores y para el peculio personal de Li.
Pero aun cuando Villalobos e Hidalgo quisieran romper con ese pasado lamentable, su afán por la silla presidencial lo impide. A ella se llega con los votos de quienes ejercen un poder absoluto en las ligas, sin control, con escasas cuentas de cara a los equipos o a los futbolistas.
Hoy dos colombianos se amenazan y siembran el caos en Limón FC. Uno de ellos iba a ser candidato de UNAFUT para integrar el Comité Ejecutivo. Propuesto en el grupo oficial de Villalobos, aunque con relaciones comerciales en el pasado con gente del otro bando (organizó modelos de campeonato con el Herediano), Sergio Hidalgo, Víctor Hugo Alfaro Juan Carlos Román y el mismo Rafael Vargas - aunque estos dos últimos desde la barrera- aspiran a perpetuar el poder que les dio el fútbol.
No les basta con el que tienen en cada una de sus ligas. Mueven los hilos que controlan las voluntades y votos, con el ánimo de mantener el poder y sus privilegios para siempre.
Un jugador ex liberiano sale diciendo que se retiró temporalmente porque habían temas de amaño de partidos, con el riesgo de que el cuasi candidato Castillo andaba con el totogol como caballo de batalla para subirse a la silla. Por su parte, los proveedores que supuestamente cobraron de más en el Mundial femenino, o tenían privilegios en la contratación, siguen siendo aliados comerciales de la Fedefutbol.
¡La crisis futbolera en su máxima expresión!