Karla Alemán aún tiene en su rodilla derecha una cicatriz que se hizo mientras entrena en La Sabana, en la oscuridad, en las inmediaciones de las canchas de softbol.
Es apenas una de las anécdotas de Alemán, quien integró la Selección Nacional de 1991 a 1998, siendo la primera capitana del combinado patrio y jugando dos eliminatorias mundialistas, antes de retirarse para dedicarse a ser entrenadora. Su trayectoria y logros en el balompié femenino fueron destacados por la Uniffut, ente que le dedicará el Torneo de Apertura 2020, en un paso más a la profesionalización de esta disciplina.
“Es una tremenda oportunidad para el fútbol femenino y el que me dediquen este campeonato lo recibo con mucho agradecimiento. Es un homenaje para todas aquellas mujeres que desde los años 50 juegan al fútbol. Tener este patrocinio de Banco Promérica es un hito y de alguna manera es parte de los cambios que se están dando, por lo cual les estoy muy agradecida”, explicó Alemán.
Siendo apenas una adolescente, su madre tomó los muebles de su casa en Upala y junto a sus cinco hijos viajó en un camión de carga a Pavas, San José, para buscar un mejor bienestar para su familia. Allí Karla dio los primeros pasos en el fútbol, primero en el futsal, siendo una de las líderes, destacando por su carácter y convicción.
“Estar en San José me ayudó a cumplir con mis metas deportivas y académicas, pero no fue fácil. Recuerdo que me tocó jugar entrenar en La Sabana, a oscuras, sin luz eléctrica. Aún no entiendo cómo lo hacíamos, pero lo importante era que deseábamos jugar. Allí me di un golpe en la rodilla derecha, en la gradas de la cancha de softbol. Todavía tengo la cicatriz”, recordó Alemán entre risas.
La upaleña inició en el fútbol en 1987 con el equipo de Lucema, más tarde San José, demostrando liderazgo y compromiso en cada uno de los partidos.
"El equipo tomaba el nombre del patrocinador, pero siempre éramos las mismas jugadoras. Nosotros hacíamos rifas para comprar el uniforme, pagarnos el transporte y la alimentación. Nosotras nos cuidábamos mucho porque sabíamos el sacrificio que teníamos que hacer para poder jugar”, comentó Alemán.
Karla, quien actualmente es asesora del Ministro de Deportes, recordó que el dirigente Franklin Monestel fue uno de los grandes baluartes del fútbol femenino e incluso se las ingenió para promocionarlo por todo el país.
“Don Franklin nos llevaba a los turnos de los pueblos, porque allí se organizan partidos de mujeres. Muchas veces íbamos dos equipos de la Primera División o bien un equipo de la localidad. En aquellos juegos daban un trofeo al ganador y además la alimentación por asistir, por lo que era una forma de darnos a conocer. Recuerdo también que las premiaciones de los campeonatos nacionales don Franklin las realizaba en los salones de la Asamblea Legislativa y tenía un gran significado para nosotras”, comentó Alemán.
Sele y retiro. La defensora empezó a jugar en la máxima categoría en 1987 y se retiró en 1998. Fue seleccionada nacional entre 1991 y 1998, portando orgullosa la cinta de capitana y pensando que una vez que dejara las canchas se integraría como entrenadora.
"Empecé a estudiar en la Universidad Nacional (UNA), la carrera de entrenadora de fútbol, pero la universidad no tenía especialidad para mujeres, solo había gimnasia rítmica. Desde entonces tuve que convertir todos los no en sí, para abrir las puertas. Como mi madre fui una luchadora, siempre optimista por salir adelante con los proyectos que me había propuesto”, afirmó Alemán.
La oriunda de Upala comentó que en 1998 decidió retirarse para dedicarse a dirigir en la Primera División.
“En aquellos días a mí me pagaban por entrenar, por lo que decidí dejar el fútbol, donde no ganaba nada. Un año después fui asistente técnica en la Selección Nacional que ganó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, en 1999. El técnico era Didier Zorro Castro y el otro asistente era Wálter Herrera”, agregó Alemán.
Indicó que aquella fue la única presea que ganó la delegación tica en las justas continentales y ellas vencieron a Canadá en su propio país para dejarse el tercer país.
“Aquel equipo fue formado por jugadoras extraordinarias como Ericka Castro, Kathia Madriz, Marie Clare Herra, Karina López, Ana Campos y muchas otras que dieron la primera medalla en el fútbol femenino, tras un gran esfuerzo y contra todos los pronósticos. Aquel equipo se merece el reconocimiento por todo lo que hicieron”, añadió Alemán.