Juan Carlos Román fue destituido del cargo de director administrativo del Proyecto Gol. Pero eso no es suficiente. La decencia impone que se vaya del balompié, dejando su cargo en el Comité Ejecutivo de la Fedefutbol y la presidencia de la liga aficionada (LINAFA).
Un país que se vuelca cada fin de año a ayudar en la Teletón, no puede quedarse indiferente. Pudo haberse equivocado inicialmente, por desconocer que la menor que pisaba el césped de una de las canchas era sobreviviente de cáncer, invitada por Wanchope a pasar en busca de Navas.
Se le perdonaría el exabrupto. Lo que no puede tolerarse es que, después de conocer el caso de Sofía Escalante y los motivos para estar allí, haya dicho: “No importa si la persona tuvo cáncer”. Y que “las personas cultas caminan por las aceras”. No solo demostró una absoluta falta de sensibilidad por el mal que aquejó a la menor, sino que la llamó inculta.
Para peores, al día siguiente dijo –en acto de cobardía– que lo que había tratado era de proteger la integridad de la niña y que, de haber sabido que los visitaría, hubiese preparado una recepción.
Alguien con esta calidad humana no puede representar al fútbol de este país. Y menos una Liga en la que participan muchos menores. Hace tiempo debió ser desterrado, desde que un entrenador valiente, Gerardo Ureña, fue la voz de unos jovencitos que se sintieron acosados por el dirigente pero, increíblemente, fue el técnico quien tuvo que dejar el puesto.
Mucho han de significar los seis votos de LINAFA en las Asambleas de la Fedefútbol, para que haya adquirido tanto poder, a tal grado de sobrevivir a enfrentamientos con casi todos los seleccionadores de los últimos años.
Pero ya es hora. Los dirigentes de LINAFA tendrán que vivir ruborizados por siempre si no organizan una asamblea que provoque su destitución. Y si no es posible quitarlo del Comité Ejecutivo de la Federación, espero que haya suficiente gente decente como para no reelegirlo en agosto próximo.
Los aficionados, que ya obligaron con su fuerza en las redes a la salida del Proyecto Gol, deben presionar –incluso con la amenaza de ausentarse de los partidos de la Sele – si Juan Carlos Román sigue cosechando viajes, poder, y quien sabe qué otras cosas.