El técnico del campeón nacional, José Giacone, nunca se destacó como un gran futbolista en su paso por la Primera B (tercera división) del balompié argentino, pero ya tuvo su graduación como técnico de primer nivel.
Giacone ha demostrado que tiene la capacidad de hacer que sus equipos jueguen bien, que comprendan los conceptos tácticos que quiere inculcar, con el objetivo de cumplir grandes metas.
“Yo jugué en Argentina en segunda división, era bien malo, pero jugué. Tenía una voluntad de fierro, jugué 12 años en Primera B”, confesó Giacone.
El argentino militó en su país con equipos como Defensores de Belgrano, Club Social y Deportivo Tristán Juárez, Club Sportivo Italiano y Club Social y Deportivo Flandria.
Inclusive, en el 2002 realizó una prueba con la Asociación Deportiva Ramonense, pero no logró superarla y decidió retirarse del fútbol profesional, pero ahí emprendería el trayecto para ser director técnico.
“No era tan malo (dijo entre risas), algo jugaba. Yo lo pongo como una premisa para mi trabajo, el jugador que se entrega nos abre mucho la posibilidad de lograr cosas y así ha sido en la mayoría de mis equipos”, señaló Giacone.
Una vez concluída su etapa dentro de los terrenos de juego decidió hacerse a un costado, pero no para dejarlos, sino para estar al frente de los banquillos, primero como asistente y luego como estratega.
Inició en las divisiones menores del Deportivo Saprissa, donde sus campeonatos abundaron. Después tomó el extinto Saprissa de Corazón, en el 2010.
Ya para el 2012 hacía sus armas en la Universidad de Costa Rica, con el que obtiene un cetro de la Liga de Ascenso en el 2013.
Su buen nivel y calidad como estratega lo llevan de regreso a Tibás, donde asiste a Jeaustin Campos en el 2015, pero rápidamente pasa a Belén FC.
Con los belemitas estuvo cerca de eliminar al Herediano en las semifinales del Verano 2016, luego de dos empates. Los rojiamarillos lograron el pase a la final tan solo por haber terminado en mejor posición en la fase regular. Ese tú a tú, le abriría a Giacone la puerta de par en par del Estadio Alejandro Morera Soto para asumir Alajuelense, en su único paso en falso hasta el momento.
Ya en Pérez Zeledón logró el momento más grande de su carrera deportiva, el más dulce en 17 años que lleva viviendo en Costa Rica y el que nunca olvidará, el de ser por primera vez campeón nacional.
“Es una felicidad enorme, es algo que no es mi trabajo, es mi pasión. Soy un afortunado porque hago lo que me gusta y lo hago con mucha pasión. Lo demás fueron experiencias, Dios me puso acá y toda la honra y gloria es para él”, explicó Giacone.
El timonel sudamericano, pero de madre costarricense, fue tachado de novato por Hernán Medford, su rival en la final, pero el novato demostró su valor, su capacidad y ganó con hidalgía un cetro que nadie había puesto a su nombre al iniciar el campeonato.
“Muchos jugadores venían de otros lados descartados y aquí (Pérez Zeledón) agarraron su ritmo, su sintonía. Pudieron encausar su sed de revancha y ahí están los resultados”, comentó Giacone.
Él siempre creyó en los suyos, incluso hasta parecer iluso: el 19 de noviembre, cuando Pérez Zeledón visitó el estadio Fello Meza y salió derrotado 2-0 el técnico aseguró que su equipo estaba para campeón.
“Lo dije porque estaba convencido de que ibamos a ser campeones, se lo dije a los jugadores desde el primer día de la pretemporada y se los repetía en cada entrenamiento”, finalizó Giacone.