Grecia.- Róger Rojas dijo sentirse muy alegre al ver que Jonathan Moya tuvo un debut soñado con Alajuelense y Jonathan McDonald festejó sus goles como propios.
Hoy por hoy, esa es la realidad de Jonathan Moya, el espigado atacante que no perdió ninguna pelota en las alturas en el partido en que los rojinegros vencieron 1-4 a Grecia en el Estadio Allen Riggioni.
“Les dedico los goles a mi hijo (Julián), a mi esposa (Andreína Rosales), a mi familia, ellos pasaron momentos difíciles cuando yo estaba en Saprissa y se dio que la gente nos insultaba y no saben las circunstancias por las que uno toma decisiones”, mencionó Moya, al referirse a ese momento en el que se destapó que él dejaría las filas moradas para vestirse de rojinegro a partir de este torneo.
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Moya manejó la situación con profesionalismo. El atacante conversó con sus expatrones, les dijo que se iba y para dónde se marchaba, porque quería ser transparente y les prometió entrega hasta el final.
Pero las cosas no fueron tan fáciles tampoco.
“Mi familia pasó por muchas burlas, por muchas cosas cuando estaba en Saprissa y se sabía que venía para Alajuelense, pero yo soy maduro, el respeto siempre me ha caracterizado con el equipo que estoy”, afirmó.
Al llegar a la Liga se sintió respaldado y se nota a gusto. Incluso, está muy contento porque sabe que su doblete ante los griegos le hicieron sumar puntos con los seguidores manudos.
“Sé que acá tenía que ganarme a la afición y eso se hace al mostrar que uno se esfuerza en la cancha y que quiero aportar. Lo importante es que todos aportemos para hacer al equipo campeón, que es lo que la afición anhela y nosotros también”, indicó.
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Para celebrar sus primeras conquistas como rojinegro, Moya trataba de mostrar el tatuaje que tiene en un brazo. Ahí lleva plasmado el nombre de su hijo, Julián, quien tiene año y ocho meses.
“Cuando él nació pasé momentos complicados en lo futbolístico. No jugué seis meses y siempre dije que a la hora de salir a la cancha lo iba a dar todo por él, es mi motivación y mi orgullo. Antes de venirme le di un beso y le dije que le iba a dedicar un gol y le llevo dos. Qué más bendición que eso”, citó con una sonrisa.
Él está acostumbrado a que nadie le regale nada.
“Como jugador he pasado momentos difíciles, estando en Saprissa jugué más tiempo afuera que en el mismo club y eso me ayudó a ver que hay equipos que no cuentan con las condiciones de los equipos grandes y eso lo hace a uno valorar las cosas”.
Dice que el trabajo del día a día lo hizo ver que independientemente de la camisa que vaya a vestir, “siempre voy a dar lo mejor de mí”.
“En Santos, Uruguay, UCR y Saprissa he dejado esa huella de esfuerzo, de sacrificio y espero en la Liga hacerlo de muy buena manera y si Dios quiere que sea por muchos años”.
Moya considera que si el ataque de la Liga se vio bien en este primer partido, para los próximos juegos debe mostrar mucha más química y efectividad.
Esa deducción la saca porque antes del partido contra los griegos, solo habían ensayado así una vez y fue justo una semana antes del debut, en el fogueo contra Motagua en Tegucigalpa.
“Estamos jugando tres delanteros que queremos goles y lo importante es que no estamos siendo egoístas, que el que esté mejor posicionado va a anotar y eso es importante. Yo me alegro por Mac -también comenzó con dos goles-, ahorita le llegará el momento a Ro-Ro para anotar y mientras todos anotemos eso va a ser beneficioso para el equipo”.
Su teoría es que la práctica hace al maestro y por eso afirma que conforme entrenan y se acoplen más, deben verse mejor.
“Jugamos dos partidos así y tenemos que conocernos poco a poco. Es diferente yo ver a McDonald desde el otro bando que tenerlo de compañero y tengo que conocerlo mejor, a Ro-Ro también y durante los entrenamientos y los partidos nos vamos a ir sintiendo mejor, todos vamos a aportar nuestro granito para que el equipo se vea bien”, insistió.
Y agregó: “Él defendía su camiseta y yo la mía en su momento. Siempre lo veía sacrificado, siempre lo veía corriendo y ya al tenerlo de compañero es un grandísimo jugador. Cuando llegué a la Liga el primer mensaje que recibí fue de él y eso hace ver la familia que hay, el compañerismo que hay”.
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Según Moya, una de las claves es que los tres atacantes pasen en comunicación constante, hablándose entre ellos.
De momento, él y su tocayo comandan la tabla de goleadores de este Apertura 2018 con dos conquistas.