Antenoche se demostró que los cambios masivos no funcionan. Si nos vamos al Viejo Continente, donde están los mejores ejemplos y donde se juega domingo, miércoles, domingo, se pueden rotar dos futbolistas o tres máximo para mantener la estructura de juego, la continuidad y con ese espacio de tiempo lo físico no se resiente.
Cuando Alajuela hizo siete y nueve cambios el resultado fue obvio: no funcionó, no hubo cohesión de líneas porque recurrió a hombres que juegan poco o nunca juntos. Y se pierde la eficiencia en el trabajo del equipo.
Con el calendario que tenemos es mejor darle continuidad al equipo base. Saprissa y Heredia, por ejemplo, hicieron cambios mínimos y están bien.
No hay un equipo tan fuerte que haga nueve u once variantes y no lo resienta. Siempre hay una base y una columna central que sostiene todo.
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