Haberle dado a Saprissa su mayor logro en toda su historia, el tercer lugar en el Mundial de Clubes, hace que Hernán Medford sienta que no le debe nada a nadie en la S de cara a su regreso a la Cueva con otra camiseta.
En Japón 2005, la afición morada vibró al ritmo de la pizarra de Medford y su atrevimiento, para hacer olvidar las limitaciones económicas y consagrar a los tibaseños como el tercer mejor equipo en el mundo.
Además de eso, les dio un bicampeonato nacional e incluso fue uno de los artífices para la llegada del mexicano Jorge Vergara en la peor crisis económica de la institución, que puso en riesgo al actual campeón tico.
No obstante, el domingo a las 4 p. m. la hinchada deberá debatirse entre su amor por Medford y la rivalidad con los florenses, equipo al que ahora el Pelícano dice defender a muerte y con pasión.
“Somos profesionales, nos casamos con la camiseta que tengamos puesta. Como dije: si alguien se mete con Herediano, se mete conmigo. Cuando era pequeño, era limonense a muerte; terminé jugando con Saprissa y en mi historia le metí más goles a Limón... son cosas que pasan”, aseguró el entrenador a la sección Diálogos de La Nación días atrás.
Con un invicto de cinco juegos al frente del cuadro rojiamarillo y el liderato en su poder, el timonel intentará ser, al menos por un día, la pesadilla morada.
Eso no significa que olvide el cariño que le guardan los seguidores del Monstruo.
“Hay una cosa en la que estamos claros, la afición morada es muy agradecida. Cuando entre al Saprissa, iré con mi conciencia tranquila y cuando es así, nada inquieta”, comentó.
Aunque prefirió no hablar de cómo será su recibimiento, sabe que hay un afecto imborrable por todo lo que hizo y recibió cuando estuvo en la acera de enfrente.
Volver a tiquicia. Uno de los pilares que fundamenta el compromiso de Medford con Herediano es que el club florense confió en él para cumplir su deseo de volver a dirigir en Costa Rica, algo que no hacía desde hace seis años.
“A mí me abrieron una casa en Heredia y me siento bendecido, contento, me siento en casa. Tengo que agradecer a la afición, a la dirigencia y a los jugadores, quienes me han tratado muy bien. Por eso vamos con todo al Saprissa, es una obligación como profesionales que somos”, agregó.
Fiel a su estilo, con un verbo fuerte y sin temor a proponer, la cabeza del banquillo del Team ofrece dar un espectáculo y jamás encerrarse en la que por muchos años fue su casa.
“Voy a intentar ganar el partido porque así tiene que ser. No sé qué pasará, porque no soy adivino, pero llego al Saprissa sin ningún problema”, añadió.
Esta vez la atención en la casa del monarca nacional no estará centrada en la cancha, sino en el banquillo, con el regreso de quien sigue siendo un ídolo morado.