Heredia. Curtido por días de tensión y noches de nervio, Herediano tuvo ayer el temple necesario para recuperar un partido difícil.
Cuando el grillete universitario maniataba las piernas florenses, perdidas entre la férrea marca, apareció el tesón del argentino Jonathan Hansen para descontar y abrir el camino a la victoria.
El tanto de Hansen, seguido del balazo de Elías Aguilar y el penal que cobró el mismo suramericano, aplacó la ansiedad de un Mauricio Wrigth que necesita victorias para ganar crédito.
El sufrimiento de Wrigth no es de gratis, ya que a su equipo le cuesta ganar en el torneo local.
Ayer el mal momento en juegos caseros pareció extenderse cuando al arranque, la falta de pegada florense le dio aire a una Universidad de Costa Rica que ya no pelea por estar arriba, sino por salir pronto de abajo.
El mal primer tiempo no fue por el mal tino de los atacantes locales, sino porque el mediocampo no termina de acomodarse al estilo que quiere el técnico.
En esta nueva versión florense es curiosa la ubicación de Esteban Ramírez como hombre de toque, cuando siempre fue lateral.
Pese a ello Ramírez cumple con su labor, mientras que Elías Aguilar, brillante frente al América, se notó un poco perdido.
Y es que Aguilar, bastante fino, tiene momentos de mucha clase y corre más que antes, pero se rinde ante las marcas férreas.
Allí redundó el buen trabajo de la U en los primeros 45 minutos, pues Mauricio Montero y Paulo Rodríguez se turnaron a Elías en ambos frentes, conscientes de lo que hizo con el América.
A partir de una línea media bien “parada” y sudorosa, los visitantes sacaron al Herediano de su zona de confort y le obligaron a tirar pelotazos cuando Aguilar o Ramírez se “ausentaban”.
Sin proveedores naturales de juego, fue Verny Scott quien en dos ocasiones dejó a Yendrick Ruiz de cara al gol; la primera al 20’, cuando el portero Carlos Méndez la tapó , y la otra que se fue cerca del palo izquierdo.
Sin pretender llevar los hilos del juego, los universitarios se apegaron al libreto y atacaron cuando había espacios.
En una llegada Jonathan Sibaja corrió por derecha, pero su centro fue desviado, y en la otra su pase retrasado alcanzó la cabeza de Víctor Gutiérrez; 0-1.
Al regresar del descanso la U enmudeció el Rosabal con el segundo, esta vez de Allan Duarte. Fue allí, cuando el grillete celeste más apretaba, que Herediano sacó su temple para triunfar.
Con tres goles hoy los rojiamarillos son terceros, mientras que los académicos son penúltimos.