Guápiles. Con una coraza de convicción, el Herediano logró avanzar a la disputa por el cetro del Verano, la décima vez para los florenses en torneos cortos. De paso, frenó la ilusión de Santos de regresar a una final.
Amparado en el talento de Elías Aguilar y en el músculo de todo el equipo, el Team dejó en el camino a un conjunto que, desde que empezó la temporada, fue símbolo de lucha y tesón.
Mas, en instancias finales, en las que suelen estar los equipos grandes, no basta tener sueños si no se poseen los argumentos.
Dos bastiones sustentaron ayer que el Herediano hoy amanezca finalista: la voluntad inquebrantable cuando los locales atacaron y el despliegue de Elías Aguilar, quien solito se devoró a Javier Loaiza y Jesús Camacho.
Luego de la sorpresiva anotación lograda por Dixon a solo 30 segundos del arranque, Aguilar se convirtió en ese jugador por el que tanto han suspirado los florenses desde el retiro del recordado Kenneth Paniagua.
Gracias a un acercamiento suyo, al minuto siete, vino el empate de Azofeifa, quien puso la pelota ajustada al palo derecho de De Lemos, que solo atinó a observar.
El tanto le devolvió rápidamente los colores a un Team que con el 1-0 pudo vivir un calvario.
Pero no, aquella conquista diluyó el ímpetu y la ventaja deportiva santista, equipo que en toda la primera parte no tuvo el balón.
Dos centros desde la derecha, ambos dirigidos a la cabeza de Rooney Mora, y un constante acarreo de balones entre defensa y ataque, consolidaron a Elías Aguilar como el conductor.
Mientras que Aguilar crecía y se adueñaba de la pelota, Santos padecía por su estrategia de esperar y reaccionar, esa que hasta ayer había sido suficiente.
Al tener las líneas separadas, los de casa se encomendaron a la velocidad de Francis o Dixon, nulos sin nadie que diera el balón.
Con Mario Víquez como delantero por izquierda y José Carlos Pérez atrasado en labores de marcación, Santos perdió cualquier oportunidad de tener el control.
Observar a Fajardo, quien volvió luego de nueve encuentros, en la línea de tres defensiva, hizo suponer que Pérez o Víquez quedarían más desahogados, mas no fue así porque los dos contenciones del Team , Granados y Azofeifa, nunca les dieron espacio.
Al darse cuenta de las falencias, César Méndez hizo ingresar a Winston Parks y Argenis Fernández, apostándole al pelotazo y contragolpe, armas de los que no saben con qué más luchar.
Las variantes funcionaron, porque Herediano se vio arrinconado y comenzó a defenderse.
Cuatro hombres en la marca (Azofeifa, Granados, Alvarado y Gómez) dieron fe de la desesperación con la que atacó el Santos.
Con más lucha que dirección, los locales trataron de mantener vivo un sueño que comenzó hace cinco meses, cuando no sabían ni quién los administraba.
Pero esta vez, la convicción se formó del lado del Herediano, que ayer los despidió del torneo.