Redacción.
"La gente me reconoce el esfuerzo, sé que no fui un jugador virtuoso pero siempre le puse ganas y lo di todo, y eso la afición lo ve", afimó Douglas Sequeira tras su retiro como jugador, en noviembre de 2013.
Como técnico de Saprissa, dos años después, el Esqueleto no pierde su estilo y su forma peculiar de dirigir un partido reflejan sus deseos de estar aún en el campo.
Douglas gesticula, brinca, corre, pasa pegado a la raya, se quita su saco, se pone un chaleco y parece que quiere calentar para entrar a jugar.
Pide presión, se pone de cuclillas y cuando hay un contragolpe del rival se levanta y corre a toda máquina, casi al mismo ritmo que sus jugadores.
La Nación le realizó un seguimiento fotográfico al entrenador morado en el juego ante la UCR, un choque que vivió aún con más intensidad y pasión que el día de su debut ante Limón.
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